¿Qué es Tumores embrionarios?

Como su nombre lo indica, se trata de tumoraciones que pueden ser cancerosas o no, de escasa incidencia que se desarrollan rápidamente en las células embrionarias o fetales del sistema nervioso central. Pueden surgir a cualquier edad, pero se presentan con mayor regularidad en los bebés y niños pequeños.

Los tumores embrionarios pueden aumentar de tamaño y ejercer presión sobre otras partes del cerebro, diseminándose a través del líquido que envuelve el cerebro y la médula espinal (líquido cefalorraquídeo).

Se desconoce la causa de los tumores embrionarios, pero es probable que las mutaciones genéticas de manera espontánea o hereditarias sean las responsables de la formación de dichas tumoraciones.

Los tumores embrionarios se clasifican en:

• Meduloblastomas: este tipo de tumoración se gesta en el cerebelo, que es el encargado del equilibrio, movimiento y coordinación muscular. En ocasiones pueden diseminarse a la médula ósea, pulmón y a otras áreas corporales.
• Meduloepiteliomas: malignos y poco frecuentes, pero que evolucionan de manera rápida en el encéfalo, médula espinal o los nervios alrededor de la columna vertebral.
• Con rosetas de capas múltiples: son tumoraciones agresivas que suelen originarse en el cerebro, aunque también pueden formarse en otras áreas del encéfalo.
• Teratoideos: de rara incidencia y comunes en el cerebelo de bebés y niños menores de tres años.
• Tumores embrionarios no especificados: abarcan la mayoría de los tumores cancerosos o tumores neuroectodérmicos primitivos, que se presentan en el cerebro y la médula espinal.

La sintomatología depende del tipo de tumoración, ubicación, gravedad y acumulación de presión en el cerebro, pero, por lo regular incluye:

• Cansancio o somnolencia.
• Crisis convulsivas.
• Debilidad generalizada o en la mitad de la cara.
• Jaquecas, especialmente por las mañanas.
• Falta de equilibrio y coordinación.
• Inestabilidad o dificultad para caminar.
• Irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.
• Mareo.
• Náusea.
• Vómito.
• Visión doble y otros problemas oculares.

Es probable que los bebés y niños lloren mucho, no se alimenten adecuadamente y se desarrollen lentamente.

Una vez que el médico analice la sintomatología e historial clínico, le realizará una revisión física al menor y solicitará una serie de estudios para confirmar el diagnóstico, tales como examen neurológico, resonancia magnética, tomografía computarizada, punción lumbar y biopsia de tejido.

El tratamiento a seguir dependerá del tipo de tumor, edad, ubicación, grado y extensión del tumor, pudiéndose llevar a cabo una cirugía para extirpar el tumor o reducir la acumulación de líquido en el cerebro, radioterapia, quimioterapia o terapia dirigida.

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