Se trata de una afección de la piel caracterizada por la aparición de manchas despigmentadas de color blanco a raíz de una alteración de las células productoras de melanina (el pigmento que da color a la piel, cabello y ojos) no cumplen su función de manera parcial o total.
Por lo regular, estas manchas pueden presentarse en cualquier parte del cuerpo, tornándose de mayor tamaño con el paso del tiempo.
Se considera que alrededor de 100 millones de personas en el mundo presentan vitiligo, y aunque puede afectar a todas las razas y a ambos sexos por igual, las investigaciones indican que las mujeres de piel oscura, entre 12 y 32 años de edad, tienen mayor riesgo de padecerlo.
Hasta el momento se deconoce la causa de este padecimiento, pero algunos médicos relacionan su presencia con una disfunción del sistema inmunológico que daña las células pigmentarias del cuerpo, la presencia de otras patologías (anemia, diabetes, enfermedad de Addison, afecciones tiroideas), herencia genética o lesiones cutáneas.
A pesar de que no es una enfermedad grave ni contagiosa, los afectados suelen ver mermada su autoestima porque su aspecto podría considerarse como antiestético por algunas personas, provocándoles inseguridad y vergüenza.
Por su disposición en el cuerpo y grado de afectación, el vitiligio se clasifica en:
- Limitado: cuando aparecen aisladamente una o escasas manchas de dimensiones reducidas.
- De segmentación: se presentan una cadena de manchas con un patrón de distribución.
- Generalizado: es el tipo más frecuente. En él las numerosas manchas afectan diversas partes de la piel con diferentes intensidades.
- Acrofacial: aparece en el rostro y las manos.
- Universal: afecta casi en su totalidad la superficie cutánea.
Las áreas corporales más comunes en las que aparecen las manchas son:
- Axilas e ingles.
- Cara (ojos, nariz y boca).
- Abdomen.
- Genitales.
- Glúteos y zona rectal.