La ergonomía en el ámbito laboral tiene el objetivo de desarrollar relaciones armónicas entre el entorno de trabajo, los colaboradores, las herramientas y sistemas para llevar a cabo las funciones asignadas, todo ello bajo un ambiente seguro y cómodo, evitando accidentes y lesiones relacionados a movimientos o posturas corporales erróneas.
Esta disciplina se clasifica en cinco rubros importantes:
- Ambiental:
busca que la interacción entre el ambiente laboral y el colaborador sea satisfactoria a pesar de ciertos factores propios del entorno, como la temperatura o una iluminación intensa. - Física:
centrada en los elementos físicos del entorno laboral (equipos, herramientas, muebles, etc.) les permiten a los trabajadores adoptar posturas adecuadas y realizar movimientos seguros, disminuyendo la carga física sobre el cuerpo. - Geométrica:
enfocada en el diseño de objetos, espacios y sistemas con base en medidas y proporciones del cuerpo humano con el objetivo de garantizar la máxima comodidad y eficiencia en la interacción entre los empleados y su entorno de trabajo. - Preventiva:
se basa en evitar problemas y lesiones laborales antes de que ocurran, identificando y atacando riesgos ergonómicos a fin de mejorar la salud y el bienestar de los empleados. - Temporal:
tiene la finalidad de brindar espacios adecuados para el descanso temporal de los colaboradores, ayudando a aminorar la fatiga laboral.
De esta forma, la ergonomía en el trabajo y la productividad laboral están íntimamente relacionadas. Por ello, es importante que adoptes medidas acorde con tus necesidades para realizar tus funciones de la mejor manera, cuidando siempre tu postura y buscando mejorar tu entorno.
Cómo ajustar tu espacio para mejorar tu salud
El primer paso es adoptar una postura relajada y que evite tensiones en diferentes zonas del cuerpo. Ajusta la altura de la silla a tu escritorio y pantalla de computadora para conseguir una postura que mantenga tu espalda recta, con los hombros relajados, los codos doblados a 90°, las muñecas rectas y el monitor a la misma altura que tu cabeza para que el cuello no se tense, y a una distancia prudente del rostro para evitar la fatiga visual.
Asimismo, las rodillas deben estar más abajo que las caderas, las piernas y los pies completamente planos y apoyados al piso en posición de ángulo recto. Esta postura evitará contracturas en el cuello, hombros, región lumbar, muñecas o manos.
Intenta no inclinar la cabeza y el cuello hacia delante, busca una silla que tenga apoyo lumbar a fin de evitar sentarte de forma que tu peso recaiga sobre una pierna más que la otra.
Mantén tu escritorio y área de trabajo ordenados, con los materiales que usas cerca, ya que eso mejorará tu productividad y te ayudará a reducir el riesgo de sufrir lesiones.
Utiliza de manera correcta tus equipos y herramientas de trabajo, como computadoras y dispositivos móviles. Reduce el brillo de la pantalla y asegúrate de que esta no esté frente a una ventana o un fondo brillante, para no forzar la vista.
De preferencia, cada hora, haz un descanso breve y programado para relajar la vista, estirarte, reactivar los músculos y las articulaciones, así como estimular la circulación sanguínea haciendo caminatas cortas o manteniéndote de pie un rato. Busca flexionar las rodillas, estirar y hacer ejercicios sencillos para los pies.
Incorpora técnicas de respiración y relajación en tu día a día que te ayudarán a lidiar con el estrés y a mantenerte centrado en tus actividades.
La ergonomía en el puesto de trabajo es fundamental para cuidar tu salud y tu bienestar, adopta una buena higiene postural y optimiza tu espacio de trabajo con el objetivo de mejorar tu rendimiento y productividad laboral.
Fuentes:
cigna, indeed, cuidateplus, ucm, up-spain