¿Qué es un adenoma pleomorfo?

El adenoma pleomorfo es un tumor benigno de escasa incidencia que se forma en las glándulas salivales, encargadas de producir saliva para mantener la boca húmeda y favorecer la salud dental y la digestión.

El origen del adenoma pleomorfo o tumor mixto benigno, como también se le conoce, no está identificado, pero las investigaciones clínicas apuntan a mutaciones genéticas.

A pesar de que no se trata de un tumor cancerígeno y su desarrollo es lento, puede alcanzar un gran tamaño, transformarse y destruir el tejido cercano, así como diseminarse a otras partes del cuerpo. El riesgo se incrementa con el paso de los años y si no se atiende con prontitud.

Las glándulas salivales constan de tres pares denominadas parótida, sublingual y submandibular. Existen otras pequeñas en boca, labios, interior de las mejillas, y la garganta. El adenoma pleomorfo se manifiesta, por lo regular, en las glándulas parótidas o submandibulares. En raras ocasiones puede gestarse en la piel, vías respiratorias, cavidad nasal y pulmones.

Existen una serie de condiciones que pueden favorecer el surgimiento del adenoma pleomorfo, entre ellas:

• Haber recibido radioterapia: haber recibido radioterapia en la cabeza o el cuello por algún motivo puede aumentar el riesgo de desarrollar un adenoma pleomorfo años después.
• Encontrarse en la tercera edad: el adenoma pleomorfo puede presentarse a cualquier edad, pero es más frecuente que se desarrolle en adultos de mediana edad y adultos mayores.
• Exponerse a sustancias tóxicas: la exposición prolongada a ciertos compuestos químicos como disolventes industriales, humo del tabaco o pesticidas se relacionan a un mayor riesgo de alteraciones celulares en las glándulas salivales.

¿Qué tipo de cáncer es el adenoma?

El adenoma pleomorfo no es un cáncer, sino un tumor benigno, lo que significa que sus células no poseen la capacidad invasiva o metastásica típica de los tumores malignos.

Pero su comportamiento puede ser engañoso y aunque sea benigno en su origen, existe la posibilidad de transformación maligna con el paso del tiempo, dando lugar a una entidad conocida como carcinoma ex adenoma pleomorfo.

Esta evolución únicamente se presenta en un pequeño porcentaje de los casos, pero puede ocurrir si el tumor permanece sin tratamiento a lo largo de varios años. Aquí radica la importancia del diagnóstico temprano y la resección completa.

Adenoma pleomorfo signos y síntomas

El adenoma pleomorfo suele desarrollarse de manera silenciosa y progresiva, por lo cual, con frecuencia, muchos pacientes no acuden al médico hasta que el tumor ya tiene un tamaño considerable.

Dentro de los principales signos o síntomas están:

• Masa indolora de crecimiento lento ubicado en la zona de la glándula afectada, y que generalmente está cerca de la mandíbula o delante de la oreja, esto en caso de la parótida.
• Deformidad facial o asimetría cuando el tumor alcanza un tamaño considerable.
• Molestias leves al momento de masticar o hablar, en caso de que el tamaño esté interfiriendo con la movilidad.
• Entumecimiento, dolor o debilidad facial, esto se presenta en casos más avanzados, sobre todo si el tumor compromete el nervio facial.

Cuando el adenoma pleomorfo aparece en las glándulas menores de los labios, paladar o garganta, puede manifestarse como una pequeña protuberancia firme o nodular.

A diferencia de los tumores malignos, el adenoma pleomorfo no suele ulcerarse ni provocar síntomas como fiebre o pérdida de peso.

Adenoma pleomorfo diagnóstico

El diagnóstico del adenoma pleomorfo requiere de evaluación clínica y estudios complementarios:

• Exploración física: aquí el médico palpa la zona glandular para detectar masas, su consistencia y movilidad. Por lo general el adenoma pleomorfo se percibe como una masa firme, elástica y bien delimitada.
• Estudios de imagen: estudios como la ecografía, resonancia magnética o tomografía computarizada permiten evaluar la localización exacta, su tamaño, forma y relación con estructuras vecinas.
• Biopsia o aspiración con aguja fina: esta técnica se emplea para analizar las células del tumor bajo el microscopio y permite diferenciar el adenoma pleomorfo de otras lesiones malignas o inflamatorias.
• Histopatología: cuando el adenoma pleomorfo ha sido extirpado, se realiza el estudio histológico para confirmar el diagnóstico.

Adenoma pleomorfo tratamiento

El tratamiento de elección para el adenoma pleomorfo es quirúrgico. La extirpación completa del tumor, junto con un margen de tejido sano es esencial para evitar recurrencia.

En el caso de adenomas de la glándula parótida se realiza una parotidectomía superficial o total, en función a la localización y profundidad de la lesión.

Mientras que, para tumores en las glándulas submandibulares o menores, se suele optar por la resección completa de la glándula que está comprometida.

Es importante que el procedimiento lo realice un cirujano de cabeza y cuello con experiencia, debido a que hay muchas estructuras vitales que se deben de proteger, como es el caso del nervio facial.

La recurrencia del adenoma pleomorfo puede ocurrir si la resección no se completa o si se rompe la cápsula durante la cirugía, diseminando células tumorales. En algunos casos de recurrencia se puede requerir de una nueva cirugía, de mayor extensión.

¿Cómo se cura el adenoma pleomorfo?

El adenoma pleomorfo tiene una excelente tasa de curación cuando se logra diagnosticar y tratar de manera oportuna. En la mayoría de los pacientes, realizar una resección quirúrgica completa en tiempo y forma logra la curación definitiva.

Posterior a la cirugía, el seguimiento médico es esencial y se suelen recomendar controles clínicos e imagenológicos periódicos a lo largo de los primeros años, debido a que la recurrencia puede aparecer incluso décadas después del procedimiento.

En aquellos casos raros, donde se presenta carcinoma ex adenoma pleomorfo, el tratamiento puede incluir cirugía radical, radioterapia adyuvante y vigilancia estrecha en función al grado de malignidad.

¿Qué tan peligroso es un adenoma?

Aunque se clasifica como benigno el adenoma pleomorfo, también puede ser potencialmente peligroso por diversas razones:

• Crecimiento progresivo y deformante: puede causar alteraciones estéticas o funcionales.
• Compresión de estructuras vecinas: cuando es grande, puede afectar nervios, músculos o conductos salivares.
• Riesgo de transformación maligna: si no se trata correctamente, hay riesgo de que se convierta en un carcinoma agresivo.
• Recurrencia: la extirpación incompleta puede llevar a la reaparición del tumor, y a veces en forma múltiple.

Debido a esto, se considera un tumor benigno con comportamiento impredecible, que requiere tratamiento quirúrgico y seguimiento especializado.

El adenoma pleomorfo es el tumor benigno más común de las glándulas salivales y se caracteriza por su crecimiento lento pero progresivo, que tiene potencial de transformación maligna en caso de no ser tratada correctamente.

Identificar los síntomas, realizar un diagnóstico preciso y optar por la resección quirúrgica completa son pilares esenciales para lograr una adecuada curación.

El adenoma pleomorfo, pese a que en la mayoría de los casos es una condición benigna, exige atención médica especializada dado que la omisión o el retraso en el tratamiento pueden convertirlo de un problema menor a una situación de mayor gravedad.

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