De naturaleza congénita, este padecimiento cardiaco consiste en la descolocación de la válvula tricúspide y en una malformación de sus aletas, lo que provoca una disfunción de menor o mayor gravedad, según el caso, provocando filtraciones de sangre que reducen la función cardiaca, que desencadena un aumento de tamaño del corazón y eventualmente, una insuficiencia.
El origen de esta anomalía no se conoce, pero su grado de afectación es variable; en algunos casos la válvula está un poco desviada y la malformación es ligera, generando síntomas leves, pero en otros, existe una severa malformación que ocasiona fugas de sangre de gran volumen.
Este padecimiento puede provocar otras cardiopatías graves, como arritmias, agujeros en el tejido cardiaco, y el síndrome de Wolff-Parkinson-White.
Riesgos potenciales:
No existen certezas sobre los factores de riesgo para desarrollar esta anomalía, pero se consideran como posibles la herencia, el medio ambiente y la ingesta de fármacos durante el embarazo. En este último punto, se ha establecido que el litio puede elevar las posibilidades de que surja esta deformación en el feto.
Este padecimiento suele acarrear las siguientes complicaciones:
- Ictus.
- Ataque cardiaco.
- Insuficiencia cardiaca