Se trata de una anomalía congénita en la que las suturas craneales, que son tejidos articulares que ensamblan el cráneo del bebé, se unen antes de que el cerebro se haya desarrollado en su totalidad, lo que ocasiona que, al reducir el espacio y como el cerebro continúa creciendo, la cabeza se deforme.
El origen de la craneosinostosis no se ha identificado aún, pero se sabe que está relacionada con anomalías genéticas, cuestiones ambientales o son parte de la sintomatología de diversos síndromes, por lo que se clasifica en:
- No sindrómica: es la más frecuente y obedece a factores genéticos y ambientales.
- Sindrómica: generada por síndromes como el de Apert, el de Pfeiffer o el de Crouzon, cuya manifestación obstaculiza el correcto desarrollo craneal.
Es posible revertir los daños ocasionados por la craneosinostosis a través de un procedimiento quirúrgico que arregla la deformidad de la cabeza y permite que el cerebro se desarrolle normalmente. Por ello, es importante que sea diagnosticada y atendida oportunamente, ya que, de lo contrario, puede haber afectaciones neurológicas.