Cuando las funciones y actividades del cerebro se tornan anormales y comienzan a presentarse episodios convulsivos que pueden llegar a provocar inconsciencia, nos encontramos ante una afección neurológica del sistema nervioso central conocida como epilepsia.
En gran parte de los epilépticos no es posible identificar el origen del problema, pero en los que sí, destacan causas como la predisposición genética, tumores cerebrales, infecciones, ictus, golpes severos, y daños prenatales.
No existe un perfil determinado para señalarlo como principal para el desarrollo de la epilepsia, ya que puede atacar a todo tipo de personas sin importar género, edad o raza.
Asimismo, la severidad de las convulsiones varía dependiendo del paciente, por lo que en algunos casos no se presenta un gran descontrol motriz, mientras que en otros, el movimiento involuntario descontrolado es de enormes proporciones e impactante para quien lo observa.
La clasificación del tipo de convulsión establece dos variantes:
- Focales: cuando solo una zona del cerebro presenta actividades anormales, provocando desmayo o no.
- Generalizadas: aparecen globalmente en todas las zonas cerebrales al mismo tiempo.