Los ganglios linfáticos inflamados, también conocido como linfadenopatías o linfadenitis, son una manifestación clínica frecuente que puede indicar desde enfermedades de poca gravedad hasta condiciones serias como trastornos autoinmunes o cáncer.
Qué son los ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos están conformados por un conjunto de células pequeñas especializadas del sistema inmunológico que filtran el líquido linfático o linfa en su trayecto por el organismo, defendiéndose de cualquier amenaza potencial. Cuando los ganglios se inflaman es señal de que existe alguna anomalía en el organismo que hay que atender oportunamente.
Debido a que los ganglios linfáticos protegen al organismo de cualquier agente invasor, cuando se inflaman se debe a una infección viral o bacteriana. Las zonas más susceptibles de dicha inflamación suelen ser las axilas, el cuello y la ingle.
Inflamación de ganglios linfáticos
El proceso de los ganglios linfáticos inflamados puede ocurrir cuando estos se agrandan como respuesta a una alteración del sistema inmunológico. Este proceso puede ser localizado y afectar únicamente a una región del cuerpo; o también puede ser generalizada, cuando involucra a múltiples grupos ganglionares.
La inflamación suele ser el resultado de una activación inmunitaria frente a agentes patógenos, células anómalas o procesos inflamatorios sistémicos.
Dependiendo de la causa, los ganglios pueden ser dolorosos al tacto, estar enrojecidos, calientes o acompañados de otros síntomas como fiebres o fatiga.
Entre las causas más frecuentes de que esto suceda están:
- Infecciones:
- Absceso dental.
- Faringitis por estreptococos.
- Infecciones de oído.
- Celulitis infecciosa.
- Mononucleosis.
- Sarampión.
- Sífilis.
- Tuberculosis.
- Toxoplasmosis.
- VIH/SIDA.
- Enfermedades autoinmunes:
- Cáncer:
- Leucemia.
- Linfoma.
- Cualquier otro tipo de cáncer que haya hecho metástasis a los ganglios linfáticos.
Cómo saber si mis ganglios linfáticos están inflamados
Identificar si los ganglios linfáticos están inflamados puede ser relativamente sencillo, debido a que en muchos casos se pueden palpar debajo de la piel, como pequeñas protuberancias.
Las zonas donde más comúnmente se notan son el cuello, debajo de la mandíbula, detrás de las orejas, en las axilas o la ingle.
Cuando los ganglios están inflamados, pueden sentirse más grandes de lo normal, redondeados u ovalados, y en ocasiones sensibles al tacto o dolorosos al tacto.
También es posible notar un aumento progresivo de su tamaño o la aparición repentina de varios ganglios inflamados en una misma región.
