Después de conocer tu sintomatología e historial clínico, tu médico te pedirá un estudio de orina y tomará muestras de la zona corporal donde se estén manifestando los síntomas para ser analizadas en el laboratorio. Además, si lo considera conveniente te indicará la realización de otros estudios para descartar otras enfermedades de transmisión sexual que en ocasiones acompañan a la gonorrea, tales como clamidia, sífilis o SIDA.
El tratamiento a seguir es a través del suministro de antibióticos, ya sea por vía intravenosa, oral o ambos, tu médico valorará que es lo más adecuado para tu caso. Esta combinación se utiliza para prevenir la posible resistencia de la bacteria a ciertos fármacos.
Si la infección se propaga por el torrente sanguíneo, suele tratarse en el hospital con antibióticos por vía intravenosa.
Es importante que si tienes una pareja estable, ambos reciban el tratamiento, ya que si solo uno lo sigue, habrá reinfección.
En mujeres embarazadas, se llevarán a cabo pruebas de detección en la primera visita prenatal y, si presenta factores de riesgo, se realizarán nuevamente durante el tercer trimestre de embarazo.
Es necesario que ambos miembros de la pareja se realicen exámenes de detección periódicamente.
Si padeces gonorrea o estás en tratamiento, evita tener relaciones sexuales para no contagiar a otras personas.
Si los síntomas continúan incluso después del tratamiento, debes practicarte un estudio que permita a tu médico evaluar si la bacteria es resistente a los antibióticos administrados.
Medidas de prevención:
Tú puedes prevenir la gonorrea y otras enfermedades de transmisión sexual, si:
- Utilizas el condón de manera correcta.
- Evitas prácticas de riesgo, como cambiar constantemente de pareja o mantener relaciones sexuales con personas promiscuas.
- Estableces una relación monógama por ambas partes.
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