Se trata de una tumoración benigna conocida también como marca roja de nacimiento, ocasionada por una anomalía en el desarrollo de los vasos sanguíneos. Si bien, es susceptible de presentarse en todas las zonas corporales, suelen aparecer en el cuello, la cara, el pecho, la espalda, y alrededor de los ojos de los recién nacidos, aunque también es posible que se manifiesten durante el primer año de vida.
Tipos de hemangioma:
- Capilar: localizado en la epidermis.
- Cavernoso: aparece en la dermis.
Cuando los hemangiomas aparecen cerca de los ojos, suelen afectar el desarrollo ocular, provocando afecciones de la vista, tales como el glaucoma y la ambliopía, o dañar el nervio óptico, provocando ceguera.
Gran parte de estas malformaciones, cuya causa se desconoce, pero se cree que obedecen a anomalías en proteínas placentarias, van desapareciendo progresivamente a lo largo de los años, por lo que más del 90% de ellas, se desvanecen antes de cumplir los 10 años de edad.
Los hemangiomas atacan con mayor frecuencia a bebés prematuros de raza blanca del género femenino.
Aparecen una o varias protuberancias rojizas que van creciendo rápidamente en unos meses, aumentando su volumen y altura hasta formar un montículo con apariencia de resina que se eleva sobre la piel.
Llegando al punto mencionado, detiene su crecimiento y comienza a disminuir su volumen paulatinamente con el paso de los años hasta desaparecer en su totalidad entre los cinco y 10 años de edad, dejando una marca despigmentada y con cierta elevación.
Como posibles complicaciones, puede suscitarse una ruptura de hemangioma, causando hemorragias, dolor e infecciones, y formando una llaga que dejará tejido cicatricial en la zona afectada.
Según el lugar donde se encuentre, el hemangioma es capaz de provocar disfunciones visuales, auditivas o respiratorias. Por ello, es importante que el médico de tu hijo revise periódicamente se evolución con el fin de prevenir complicaciones serias.