Cuando un pulmón colapsa de manera parcial o total, estamos ante un neumotórax, un padecimiento generado en el momento en que, por alguna razón, el aire sale del pulmón, llenando el espacio entre el tórax y el pulmón, provocando elevada presión que impide la expansión normal de este órgano, causando que colapse.
Las causas más frecuentes del neumotórax son traumatismos, heridas por arma de fuego o arma blanca, fracturas de costilla, ampollas de aire rotas, recibir ventilación mecánica, ciertos procedimientos médicos invasivos, o por efecto de alguna afección del pulmón como fibrosis quística, cáncer, o pulmonía; siendo la sintomatología más común, pecho adolorido en forma súbita y dificultades para respirar, donde obviamente, la intensidad de los síntomas dependerá de la magnitud del colapso, tomando en cuenta que algunas veces puede llegar a tener fatales consecuencias.
Cuando nos encontramos ante la presencia de un neumotórax grave, el tratamiento indicado consiste en suprimir el aire excesivo mediante una sonda de pleura o una aguja.