Además de la revisión física que le permita al pediatra emitir el diagnóstico, podrá realizarle pruebas a tu hijo, tales como:
- Análisis de sangre.
- Análisis de orina.
- Prueba de pH esofágico.
- Ecografía.
- Endoscopia.
- Radiografías.
El tratamiento a seguir consiste en realizar cambios en la alimentación de tu bebé, y en ocasiones, en la ingesta de ciertos medicamentos antiácidos durante unas semanas o meses.
Si tu hijo no aumenta lo suficiente de peso o tiene problemas para respirar debido al reflujo, es probable que se requiera una cirugía para tensar el esfínter esofágico inferior y con ello evitar que el ácido retorne al esófago.
En el Centro de Pediatría brindamos cuidado especializado a los pequeños pacientes desde el momento de su nacimiento hasta que se convierten en adultos, a través de nuestros servicios de atención pediátrica, oncología, neurología y cardiología al nivel de los mejores centros médicos del mundo.