Para llegar al diagnóstico del síndrome de Churg-Strauss se necesita una combinación de criterios clínicos, estudios de laboratorio y estudios de imagen.
Dentro de los hallazgos clave está el asma, la eosinofilia mayor al 10% en sangre periférica, neuropatía periférica, infiltrados pulmonares no fijos, anomalías en senos paranasales y presencia de eosinófilos en biopsia de tejidos afectados.
Aunque no todos los pacientes cumplen todos los criterios, por lo cual es necesario un abordaje integral.
Se utilizan pruebas complementarias como la determinación de anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos o ANCA, que pueden estar presentes en algunos casos; también se pueden solicitar estudios de imagen torácica para detectar infiltrados.
La confirmación definitiva del síndrome de Churg-Strauss suele obtenerse mediante biopsia de piel, pulmón, nervio o tejido comprometido, mostrando granulomas eosinofílicos y vasculitis necrosante.