El trastorno esquizotípico de la personalidad es una patología de los trastornos de la personalidad que impide relacionarse con los demás, responder apropiadamente a las señales sociales y que genera alteraciones en el comportamiento y pensamientos, así como en la apariencia.
El trastorno esquizotípico de la personalidad se caracteriza por breves episodios psicóticos de alucinaciones o delirios; además, la persona que lo padece suele estar consciente de la diferencia entre sus ideas distorsionadas y la realidad.
Se desconoce qué ocasiona el trastorno esquizotípico de la personalidad, pero los estudios clínicos señalan que puede deberse a factores genéticos, ambientales y psicológicos. El riesgo es mayor si existen antecedentes familiares de esquizofrenia u otra afección mental.
Síntomas de trastorno esquizoide de la personalidad
El trastorno esquizotípico de la personalidad se caracteriza por un patrón persistente de pensamiento y comportamiento excéntrico. Las personas que viven con este trastorno suelen mostrar distorsiones cognitivas o perceptivas como creencias mágicas, ideas de referencia o pensamiento supersticioso, que influyen significativamente en su manera de relacionarse con el mundo.
También es posible que experimenten percepciones inusuales y dificultades para mantener una comunicación coherente.
En el ámbito interpersonal, una persona con trastorno esquizotípico de la personalidad tiene un marcado malestar social y problemas para establecer vínculos cercanos debido a la desconfianza y a la ansiedad social intensa. Suelen mostrar un comportamiento o apariencia excéntrica, afectividad inapropiada o limitada y escaso contacto visual. Estos signos, junto con una tendencia al aislamiento, refuerzan el patrón de dificultad en sus relaciones personales.
Diagnóstico diferencial del trastorno esquizotípico de la personalidad
El diagnóstico del trastorno esquizotípico de la personalidad se establece a través de una evaluación clínica detallada que incluye entrevistas estructuradas y observación del patrón de conducta a lo largo del tiempo. En el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) se establecen ciertos criterios específicos.
El diagnóstico diferencial incluye la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, debido a que estos presentan síntomas de mayor gravedad, incluyendo delirios consolidados o alucinaciones persistentes.
También es importante diferenciarlo de otros trastornos de la personalidad como el paranoide que se centra en la desconfianza extrema, y el esquizoide que muestra desapego sin las distorsiones perceptivas o cognitivas características del esquizotípico.
Trastorno esquizotípico de la personalidad tratamiento
El tratamiento del trastorno esquizotípico de la personalidad combina psicoterapia y tratamientos recetados en algunos casos.
La terapia cognitivo-conductual puede ayudar a cuestionar creencias distorsionadas y mejorar habilidades sociales, mientras que la terapia de apoyo fortalece la autoconfianza y la capacidad de establecer relaciones interpersonales más funcionales.
Dentro de los tratamientos recetados se pueden emplear antipsicóticos para controlar distorsiones perceptuales o de pensamiento; así como ansiolíticos o antidepresivos cuando existe ansiedad o síntomas depresivos asociados.
El abordaje del trastorno esquizotípico de la personalidad suele ser prolongado y requiere de un entorno terapéutico empático y consistente para favorecer la adherencia y la mejoría.
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