Se estima que en la actualidad el 28% de la población es miope y para el año 2050 este porcentaje ascenderá al 50%, indica la Dra. Claudia Murillo Correa, especialista en oftalmología pediátrica en el Centro Médico ABC.
La American Academy of Pediatrics (AAP) señala que la miopía es un problema común de la visión, que comienza con frecuencia entre los seis y 14 años, afectando a alrededor del 5% de los niños en edad preescolar, al 9% de los niños en edad escolar y al 30% de los adolescentes.
La miopía surge debido a una alteración en la curvatura de la córnea ya sea por tenerla muy pronunciada o por un ojo muy grande, esto último es lo más frecuente. Este trastorno afecta el enfoque y la manera en la que las personas ven de lejos. De acuerdo a la magnitud de la graduación, la miopía se puede catalogar en leve, moderada o grande.
Este trastorno se puede presentar tanto en adultos como en niños, y para estos últimos es importante que los padres o las personas que estén a su cargo, se percaten de los posibles signos del padecimiento.
Es frecuente que un niño o niña que tiene miopía entrecierre los ojos al tratar de fijar algún objeto, también podrá afectar su aprendizaje, que el pequeño refiera tener visión borrosa, presentar lagrimeo o que alguno de los ojos se ponga rojo.
Cualquiera de las situaciones mencionadas están relacionados a la fatiga visual, lo cual se podría manifestar en algunos casos con dolor de cabeza, comenta la Dra. Murillo.
Es importante considerar que estos signos no se presentan en todos los niños, es decir, habrá algunos que no presenten dolor de cabeza ni visión borrosa y, aún así, viven con miopía. Por este motivo es importante que los niños tengan una revisión con un oftalmólogo a partir de los cinco años para diagnosticarla tempranamente o descartarla.
En los niños, la corrección visual se realiza mediante el uso de lentes y al llegar a la adolescencia, en algunos casos se podrían cambiar por lentes de contacto.
Otra acción importante que se debe realizar en los primeros meses de vida es el tamiz visual, esto antes del tercer mes de vida, ya que permitirá identificar alguna alteración ocular en la infancia que podría no ser percibida a simple vista, concluye la Dra. Murillo.
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Fuentes:
Dra. Claudia Murillo Correa – Especialista en oftalmología pediátrica en el Centro Médico ABC
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