Los problemas de audición se pueden presentar a lo largo de la vida y por una amplia variedad de razones. Esto puede ir desde antes del nacimiento hasta el envejecimiento.
El Dr. René Toral Martiñón, médico especialista en audiología, otoneurología y foniatría del Centro Médico ABC, señala que los problemas de audición se pueden presentar en el oído externo, oído medio, oído interno o en el nervio y, dependiendo de la zona en la que se presente el problema, será el tipo de tratamiento a seguir, que podría ser médico o quirúrgico. Aunque previamente se deberá realizar el diagnóstico por medio de estudio audiológicos específicos para este fin.
Al hablar de la población infantil, se reporta que por cada 1,000 nacimientos entre 2 o 3 niños tienen problemas auditivos sin causa aparente.
En el recién nacido se pueden presentar diferentes causas que producen sordera. Una de ellas es la herencia.
También puede presentarse si durante el embarazo, la madre recibe antibióticos conocidos como ototóxicos, los cuales pueden llegar a lesionar el oído si sucede durante la etapa de formación de este órgano.
Por su parte, los bebés que nacieron antes de las 30 semanas de gestación, o con un peso por debajo del kilo y medio, también pueden llegar a presentar problemas del oído, debido a la falta de madurez en el desarrollo.
Durante el crecimiento, las enfermedades virales como citomegalovirus, rubéola, herpes o sarampión o por dar tratamiento de antibióticos ototóxicos pueden presentar lesión auditiva.
La otitis media es una inflamación del oído medio, generalmente causada por tomar biberón o con un vaso entrenador acostado y se puede complicar con bacterias o virus, la enfermedad por reflujo también puede provocar otitis media.
Más allá de las enfermedades, existen otras situaciones comunes que pueden resultar en un problema de audición para el niño, señala el Dr. Toral, esto puede ir desde un simple tapón de cerumen o cerilla, algún animal que se haya metido en el canal auditivo, la inserción de un objeto extraño como un frijol o parte de un juguete. Conforme el niño comienza a ser más activo, debido a un traumatismo se puede llegar a romper la membrana timpánica o que los huesecillos del oído medio se fracturen.
¿En qué se deben fijar los padres para cuidar la audición de su hijo?
“El 60% de la pérdida de audición en la niñez es prevenible; cuando es inevitable, se dispone de intervenciones que pueden contribuir a que los niños afectados logren el desarrollo pleno de sus potencialidades.”
A lo largo de las etapas de crecimiento del pequeño, los padres podrán ir detectando diferentes situaciones que pueden llegar a alertar sobre una situación auditiva en el niño.
En México, por ley desde el 2008, a todo recién nacido se le debe realizar el estudio de tamiz auditivo neonatal mediante el estudio de las emisiones otoacústicas, el cual permitirá identificar algún problema en el oído externo, medio o interno.
En caso de que todo resulte estar bien en ese momento, el niño seguirá una línea de crecimiento que permitirá a los padres detectar un posible problema que se ha desarrollado:
- A los tres meses de edad, el bebé comienza a balbucear sin un sentido específico.
- A los seis meses de edad, una vez que el bebé se sienta y sostiene su cabeza, comienza a silabear sonidos como bababa, tatata, gagaga, etc. También comienza a prestar atención a los ruidos de su entorno.
- A los nueve meses de edad, se puede presentar la primera palabra específica del bebé, la cual no tiene un significado aún, pero está repitiendo lo que más escucha.
- A los 12 meses de edad, cuando ya camina, tendrá bien definidas para decir unas tres o cuatro palabras y comenzará a entender cuando se le habla directamente.
- A los 18 meses de edad, ya contará con unas 20 palabras conocidas y, a partir de este momento, comenzará a desarrollar muchas más palabras.
- A los 24 meses de edad, contará con unas 200 palabras bien definidas y puede empezar a repetir la entonación de canciones u otras frases.
Los padres deberán prestar atención a este desarrollo, debido a que la audición está directamente relacionada con el lenguaje. Si un niño escucha bien, hablará bien; si un niño escucha un poco mal, hablará un poco mal; si un niño escucha muy mal, hablará muy mal; y si un niño no escucha nada, no hablará nada, comenta el Dr. Toral.
Existen diferentes estudios que permitirán conocer el tipo y grado de la pérdida auditiva. Dependiendo de la causa de este padecimiento se podrá abordar un tratamiento médico para extraer el objeto extraño, por ejemplo, o un tratamiento quirúrgico para corregir alguna deformidad o aplicar algún dispositivo que ayude a mejorar la audición. También existen casos donde la sordera no es reversible, motivo por el cual cada paciente debe ser tratado de una manera individual y buscar ofrecer el mejor tratamiento para cada caso.
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Fuente:
Dr. René Toral Martiñón – Médico especialista en audiología, otoneurología y foniatría del Centro Médico ABC
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