Se conoce como derrame pericárdico a un padecimiento que se caracteriza por el exceso de líquido presente en el pericardio, lo que provoca inflamación y compresión en el corazón.
Qué es el pericardio
El pericardio es una membrana fina y resistente que rodea y protege al corazón. Está formado por dos capas principales, una capa externa fibrosa que proporciona soporte estructural, y una capa intensa serosa que está en contacto directo con el corazón y produce un líquido lubricante conocido como líquido pericárdico.
Este líquido tiene la función de reducir la fricción entre las capas durante los movimientos cardíacos, facilitando que el corazón se mueva suavemente en el tórax al momento de latir.
Aparte de su función protectora, también sirve como barrera al limitar la expansión excesiva del corazón, manteniendo su posición y evitando que se dilate más de lo debido ante cambios bruscos en el volumen de sangre.
Pero cuando se acumula líquido anormalmente en el espacio pericárdico es cuando se produce el derrame pericárdico, un problema que puede afectar la función cardíaca y requiere atención médica.
Causas de derrame pericárdico
El derrame pericárdico puede ser causado por una variedad de condiciones que afectan tanto al pericardio como al corazón. Entre las causas más comunes se encuentran las infecciones virales, bacterianas o tuberculosas que provocan inflamación y acumulación de líquido en el espacio pericárdico.
También las enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoide.
Por otra parte, el derrame pericárdico puede aparecer como consecuencia de traumatismos torácicos, cirugías cardíacas o ciertos tratamientos oncológicos como la radioterapia.
Otras causas importantes incluyen insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedades metabólicas como insuficiencia renal y en algunos casos puede ser un derrame pericárdico idiopático, lo que quiere decir que no hay una causa claramente identificable.