El E. coli, Escherichia coli, es una bacteria que forma parte de la microbiota normal del intestino humano, pero que ciertas cepas pueden causar enfermedades al invadir otras partes del cuerpo o producir toxinas.
Qué es E. coli
La bacteria E. coli puede extenderse rápida y fácilmente de una persona infectada a otra debido a una mala higiene. A pesar de que todos somos vulnerables a infectarse con esta bacteria, existen algunos factores que pueden contribuir a su aparición, como:
- Consumo de alimentos contaminados, principalmente vegetales crudos, carne poco cocida, y lácteos sin pasteurizar.
- Contacto con animales portadores de estas bacterias.
- Adultos mayores y niños pequeños están más expuestos a infectarse de E. coli y generar complicaciones.
- Ingestión de agua contaminada.
- Higiene inadecuada, sobre todo en niños que usan pañales, pueden transmitir la bacteria.
- Niveles bajos de ácido estomacal.
- Sistema inmunológico débil por SIDA, tratamientos contra el cáncer o trasplante de órganos.
Escherichia coli síntomas
Las infecciones por el E. coli pueden manifestarse de diversa manera, en función a la cepa involucrada y al sitio afectado. Las cepas más comunes que se asocian a enfermedades intestinales suelen provocar síntomas gastrointestinales que varían en intensidad.
Entre los síntomas más frecuentes que se relacionan al E. coli están:
- Diarrea ligera que puede agravarse y presentar sangre.
- Espasmos abdominales.
- Náusea.
- Vómito.
- Debilidad y cansancio.
- Temperatura elevada.
Si experimentas alguno de estos síntomas, acude con tu médico para evitar complicaciones que pongan en riesgo tu salud.
Escherichia coli diagnóstico
El diagnóstico de una infección de E. coli comienza con la evaluación clínica del paciente, se consideran los síntomas, antecedentes epidemiológicos y posibles exposiciones, como lo pudiera ser el consumo de alimentos contaminados o contacto con agua no potable.
Si el paciente presenta diarrea, se suele tomar una muestra de heces para cultivo; mientras que para la infección del tracto urinario se analiza una muestra de orina.
Más allá del cultivo bacteriano, existen pruebas específicas para identificar patógenos, un ejemplo es el E. coli O157:H7. Estas técnicas ayudan a detectar genes específicos asociados a la producción de toxinas como la toxina Shiga, que está relacionada a complicaciones de gravedad.
En pacientes con síntomas severos o sospecha de síndrome urémico hemolítico, pueden solicitarse exámenes de sangre que ayuden a evaluar el funcionamiento renal, el recuento de plaquetas y otros parámetros hematológicos; todos estos son esenciales para establecer la gravedad de la infección.
Escherichia coli tratamiento
El tratamiento de las infecciones de E. coli dependerá del tipo de cepa involucrada y de la localización de la infección.
En la mayoría de los casos de diarrea, originadas por cepas no complicadas, el tratamiento suele consistir en el manejo sintomático, incluyendo la reposición de líquidos y electrolitos para evitar la deshidratación.
El uso de antibióticos no siempre es indicado, debido a que existen cepas de E. coli que pueden aumentar el riesgo de complicaciones graves; debido a esto se debe de evitar la automedicación.
Para las infecciones del tracto urinario causadas por E. coli, el tratamiento requiere de antibióticos en función al perfil de sensibilidad bacteriana que se identificó en los análisis de laboratorio.
En los casos de mayor gravedad, que pueden incluir sepsis o infecciones extraintestinales, se puede requerir de hospitalización o el uso de antibiótico intravenoso.
La prevención juega un papel crucial y se basa en prácticas de higiene adecuadas como la cocción completa de alimentos o el consumo de agua potabilizada.
En el área de Medicina Interna del Centro Médico ABC te podemos dar atención especializada ¡Contáctanos!