El hoyuelo sacro es una anomalía de orden congénito en la que se presenta un hueco en la piel de la zona lumbar, normalmente en el área superior del pliegue que divide las nalgas, y que, por lo general, resulta inocuo y no necesita ser tratado.
Sin embargo, en ocasiones, los hoyuelos sacros pueden estar relacionados con algún problema de la médula espinal o de la columna vertebral.
Tipos de hoyuelos
Existen dos tipos de hoyuelos sacros:
- Convencionales: se localizan en la espalda baja cercanos al pliegue que separa los glúteos y no presentan ninguna alteración cutánea. El riesgo de que estén asociados a alteraciones de la columna vertebral o la médula espinal es casi inexistente.
- No convencionales: su ubicación varía, pudiendo encontrarse en zonas más elevadas de la espalda o desviarse hacia los lados, manifestando alteraciones cutáneas como manchas, abultamientos, vellosidades o modificaciones cromáticas. Tienen mayores probabilidades de estar relacionados con anomalías vertebrales o medulares como:
- Espina bífida oculta: se presenta cuando la columna vertebral no llega a desarrollarse completamente durante la gestación.
- Médula espinal anclada: en ella, la médula espinal se encuentra atrapada por tejidos anómalos que limitan su capacidad de movimiento en el canal espinal.
- Tracto sinusal dérmico: es una unión anómala entre la columna vertebral y el tejido cutáneo, la cual es susceptible de provocar procesos infecciosos.
Hoyuelos en la espalda, signos
Los hoyuelos sacros se presentan como depresiones o hundimientos en la piel ubicados en la parte baja de la espalda y en la mayoría de los casos estos hoyuelos son una variante anatómica benigna presente desde el nacimiento, que no causa síntomas y que tampoco requiere de tratamiento.
Pero en ocasiones, los hoyuelos sacros pueden estar asociados con alteraciones subyacentes en la médula espinal, como es el caso de la disrafia espinal oculta o de un seno dérmico, sobre todo si el hoyuelo es profundo, está muy por encima del pliegue glúteo o se acompaña de otras señales en la piel como un mechón de vello, un área pigmentada o secreciones.
Cuando un hoyuelo sacro está relacionado con un problema médico, pueden presentarse ciertos signos de alarma como inflamación, enrojecimiento, secreción de pus, mal olor o fiebre. Esto podría ser un indicio de una infección, por ejemplo, un quiste pilonidal o una fístula.
En casos más graves, si hay compromiso neurológico asociado, se pueden observar síntomas como debilidad en las piernas, alteraciones en el control de esfínteres o deformidades en la columna.
Si se presenta cualquiera de estos signos, es importante buscar consulta con un médico especialista, quien podría solicitar estudios como la ecografía o resonancia magnética, que le permitirán evaluar la anatomía interna y descartar otras complicaciones.