La leucopenia es un padecimiento de la sangre que se caracteriza por la baja producción de leucocitos o glóbulos blancos, los que son responsables de combatir infecciones bacterianas, fúngicas o virales.
Leucocitos bajos
Al tener un bajo recuento de leucocitos, el organismo está más propenso a infecciones y enfermedades.
La leucopenia, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede tener graves consecuencias para la salud porque debilita el sistema inmunológico, volviéndolo susceptible a infecciones recurrentes.
Existen una serie de condiciones que pueden favorecer el surgimiento de la leucopenia, como:
- Afecciones en la médula ósea.
- Deficiencias nutricionales (falta de minerales, proteínas y vitaminas).
- Enfermedades genéticas como el síndrome de Kostmann o neutropenia severa congénita.
- Ingesta de diferentes medicamentos.
- Infecciones severas.
- Falla hepática o del bazo.
- Trastornos del sistema inmune como la artritis reumatoide y el lupus.
- Tratamientos contra el cáncer.
Leucopenia síntomas
La leucopenia en muchos casos no produce síntomas evidentes de manera directa, pero puede manifestarse a través de signos relacionados con infecciones frecuentes o persistentes.
Dentro de los síntomas más comunes se encuentra la fiebre, fatiga, debilidad general, sudoración nocturna y escalofríos, debido a que el sistema inmune no puede responder de una manera adecuada ante los agentes patógenos.
Por otra parte, las personas con leucopenia pueden presentar llagas en la boca, encías inflamadas o dolor al tragar; esto puede ser indicativo de infecciones oportunistas.
También con frecuencia se presentan infecciones respiratorias, urinarias o de la piel que tardan más de lo habitual en curarse.
En casos severos, una infección que aparentemente es leve puede progresar de manera rápida y volverse una condición de gravedad. Debido a esto último es fundamental que quienes tienen leucopenia estén bajo vigilancia médica y reciban atención inmediata ante cualquier signo de infección.