La cirrosis hepática es una enfermedad que se caracteriza por una extensa y masiva cicatrización del hígado, que se produce por diferentes causas y puede afectar a la persona de diferentes maneras, indica el Dr. Ernesto Márquez Guillén, especialista en hepatología del Centro Médico ABC.
El American College of Gastroenterology (ACG), estima que aproximadamente 5.5 millones de personas en el mundo están afectadas por la cirrosis hepática y, de manera anual, esta enfermedad causa 26,000 muertes.
La cirrosis hepática se divide en dos etapas:
- Fase compensada: aquí la persona prácticamente ya tiene diagnóstico de cirrosis hepática, pero no ha manifestado algún síntoma o complicación, lo cual se debe a que su hígado tiene una función relativamente preservada.
- Etapa descompensada: aquí ya hay manifestaciones de la enfermedad y se caracteriza por una serie de complicaciones que afectan tanto la salud como la calidad de vida del paciente.Una vez que la persona entra en etapa descompensada, podrá presentar complicaciones como:
- Ascitis: es la acumulación anormal de líquido en la cavidad abdominal, también es la principal complicación que presenta una persona que vive con cirrosis hepática. La ascitis se manifiesta con una marcada distensión abdominal y también se puede generar una hinchazón en las piernas.
- Sangrado por várices esofágicas: debido a la dureza propia del hígado con cirrosis, se forma una serie de venas completamente anormales que se encaminan al esófago; en su interior, estas venas tienen una presión importante y, conforme aumenta, llega un momento en que se produce ruptura, lo cual provoca sangrado que se puede manifestar en vómito con sangre o presencia de evacuaciones con sangre.
- Encefalopatía hepática: aquí el hígado cirrótico no es capaz de eliminar algunas toxinas que se producen de manera natural; la acumulación de estas toxinas en la sangre provoca que ciertas regiones del cerebro se intoxiquen y den manifestaciones sutiles como un leve temblor en las manos, hasta manifestaciones más importantes como desorientación, confusión o hasta llegar a un estado de coma.
- Otras complicaciones: en menor medida, también se puede presentar pérdida significativa de masa corporal, afectación en el estado inmunológico del paciente facilitando las infecciones bacterianas o virales o sensación de comezón exagerada.
En términos generales, las complicaciones de la cirrosis pueden ser prevenibles, comenta el Dr. Márquez, pero para lograr esto, se debe seguir un programa multidisciplinario para su atención, así como para el control de las causas que llevaron al paciente a ese estado de cirrosis hepática.
Algunas personas pueden requerir apoyo en el manejo de la dependencia al alcohol o por un tratamiento antiviral específico como en el caso de una infección por hepatitis B o C; en caso de que la cirrosis sea originada por hígado graso, se deberá realizar un manejo multidisciplinario para lograr una pérdida adecuada de peso.
También es muy importante que se lleve a cabo un control en la alimentación guiado por un nutriólogo especializado en personas que viven con cirrosis; tomar medidas preventivas con respecto a su esquema de vacunación y no hacer a un lado el control médico, que se deberá seguir a lo largo de la vida.
Aunque la cirrosis hepática es una enfermedad compleja, existen diversas maniobras de intervención médica tanto farmacológica como no farmacológica que ayudarán mucho a mejorar la calidad de vida de la persona.
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Fuentes:
Dr. Ernesto Márquez Guillén – Especialista en hepatología del Centro Médico ABC
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