Las enfermedades de transmisión sexual son una situación que con frecuencia se pueden contraer. En caso de contraer cualquiera de ellas, como el herpes genital, el tratamiento adecuado es de gran importancia para preservar la salud propia, así como de las parejas sexuales. No hay que olvidar que tanto el herpes genital en mujer como el herpes genital en hombres se pueden desarrollar.
Qué es el herpes genital
Existen diferentes tipos de herpes, el herpes genital es una infección de transmisión sexual generada por el virus de herpes simple, conocido como VHS, el contacto de piel con piel o piel con fluidos es la manera en cómo se contagia el herpes; se caracteriza por la presencia de llagas en los genitales, dolor frecuente y comezón. Una vez que ha pasado la infección inicial, el virus permanece latente en el cuerpo y con el pasar de los años puede volver a aparecer, señala el Dr. Alejandro Avendaño Barroeta, especialista en ginecología y obstetricia del Centro Médico ABC.
Su transmisión es generada por tener contacto directo con la superficie que tiene la lesión o llaga, el líquido que contiene es lo que transmite a la pareja el virus, siempre y cuando la pareja tenga algún tipo de lastimadura previa en esa zona de la piel, lo que la convierte en un mecanismo de entrada para el herpes.
Las lesiones generadas por el herpes genital pueden ser del tipo vesículas llenas de agua en el interior, o tipo barritos de manera concentrada y aislada en una sola zona del área genital.
Es frecuente que estas lesiones se lleguen a confundir con otras enfermedades de la transmisión sexual, debido a lo cual es necesario realizar un diagnóstico adecuado para que el tratamiento sea específico a este tipo de lesiones.
Síntomas de herpes genital
Los síntomas del herpes genital suelen manifestarse entre dos a 20 días posterior a la exposición del virus y con frecuencia se percibe dolor, picazón, la aparición de pequeñas úlceras en el área genital o anal, así como en zonas circundantes.
Las úlceras, con el tiempo, se pueden convertir en ampollas con líquido que al romperse se convierten en costras dolorosas.
También hay la posibilidad de que se presenten síntomas similares a la gripe como fiebre, dolor muscular y ganglios linfáticos inflamados en la zona de la ingle.
La intensidad de los síntomas es variada y en algunas personas pueden pasar desapercibido, pero en otras pueden ser más fuertes.
El primer brote, tras el contagio, llega a ser el más intenso, pero los brotes recurrentes son menos dolorosos y menos recurrentes.
El virus del herpes genital permanece latente en el cuerpo para siempre y suele reactivarse en momentos de estrés o cuando el sistema inmunológico se ha debilitado.
Tratamiento para el herpes genital
Al no ser una enfermedad curable, el tratamiento para el herpes genital se centra en el manejo de los síntomas y en la reducción de la severidad y frecuencia de los brotes.
Dependiendo del caso, y los síntomas presentes, se pueden recetar antivirales, también si hay una gran frecuencia en estos brotes se puede sugerir una terapia antiviral supresiva. Es posible utilizar analgésicos para aliviar el dolor, así como baños de agua.
Antes de utilizar cualquier crema para herpes genital u otro tipo de tratamientos, es indispensable buscar asesoramiento médico, esto ayudará a encontrar el tratamiento adecuado correcto, conocer la manera de disminuir la cantidad de brotes y, sobre todo, evitar contagiar a otras personas.
Recomendaciones para el herpes genital
Adicional al tratamiento, el Dr. Avendaño señala que es importante seguir los siguientes consejos para lograr un mejor cuidado y evitar otros contagios:
- Evita la humedad: En medida de lo posible, evitar la humedad en la zona afectada, debido a que favorece la persistencia de las lesiones por un mayor número de días. Para lograr esto es necesario utilizar ropa interior de algodón, preferentemente, y evitar materiales elásticos o ropa apretada durante los días en que se tengan las lesiones.
- No usar shampoo, gel o baños de asiento: el uso de geles, shampoos o baños de asiento generan cambios en la flora o en las bacterias que están en esa zona, favoreciendo la persistencia de las lesiones. De igual manera es importante evitar la sobre higiene de la zona, ya que es importante tener un buen balance en la zona genital.
- Evita las relaciones sexuales: tener relaciones sexuales durante los días que están las lesiones propicias el contagio hacia la pareja sexual. Aunque se cree que el uso de condón puede impedir esto, si previo a la relación sexual una llaga o la vesícula se revienta y mancha otra área del cuerpo que no está protegida por el condón, es factible generar el contagio.
- No automedicarse: es importante primero tener un diagnóstico de herpes genital ante la presencia de las lesiones y, de esta manera, comenzar un tratamiento específico indicado por el médico. El uso de otros productos no recetados por el médico puede ser perjudicial y en lugar de ayudar al paciente, puede resultar en que las lesiones duren más tiempo y que la molestia sea mayor.
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Fuentes:
Dr. Alejandro Avendaño Barroeta – Especialista en ginecología y obstetricia del Centro Médico ABC
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