Además de conocer las alternativas que ofrecen, es necesario contar con un plan general que ayude a cumplir con estos programas, tales como:
Tener horarios (dormir, estudiar y descansar).
Habilitar un lugar para estudiar, libre de distracciones (TV, música, videoconsolas, etc.).
Comunicarse con los docentes y establecer un plan de estudio alineado a los temas que se deben desarrollar en clase regularmente. Es conveniente fijar día y hora para una sesión de puesta en común de ideas.
- Definición de las reglas del aprendizaje a distancia. Elaborar las preguntas, evaluaciones y ejercicios de entrenamiento que tengan como objetivo monitorear el proceso de aprendizaje de los estudiantes. En la medida de lo posible, utilice herramientas para comentarios para no abrumar a los padres pidiéndoles que los escriban y los envíen.
- Crear comunidades de docentes, padres y directores de escuela para combatir la soledad o el sufrimiento de los estudiantes y facilitar el intercambio de experiencias.
- Uso responsable de los recursos tecnológicos. Internet es una excelente herramienta de aprendizaje cuando se usa bien.
- Entendiendo que no son vacaciones, sino que la forma de estudiar ha cambiado y que ahora dependerá de cada persona, de sus hábitos, de la flexibilidad para adaptarse al cambio, e incluso de la forma de comunicarse.
- Entendiendo que este nuevo tipo de estudio es una excelente oportunidad para desarrollar ciertos hábitos como la responsabilidad, el compromiso, el saber pedir ayuda, la colaboración, la perseverancia, entre otras habilidades emocionales.
- Fomentar la autonomía, es decir, desarrollar la capacidad de gestionar y regular los niveles de aprendizaje.
Aprender y estudiar en familia, utilizando sitios educativos gratuitos y descargando libros y audiolibros, así como visitando museos en línea.
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Fuentes:
UNESCO. 2020.
Center for Health, Well-Being & Happiness de IE Universit. 2020.