Existe una gran cantidad de datos toxicológicos, experimentales y epidemiológicos, recolectados desde la década de 1950, que han establecido que el consumo de tabaco es la mayor causa prevenible de morbilidad y mortalidad en el mundo, produciendo más de 5 millones de muertes al año.
El humo de tabaco ambiental está compuesto por más de 4,000 sustancias químicas. Los no fumadores expuestos presentan un aumento de morbilidad-mortalidad por enfermedad cardiovascular.
Existen dos clases de humo de tabaco: la corriente principal, que es la que aspira el fumador hacia sus pulmones al inhalar el cigarrillo, y la corriente secundaria o lateral, que es humo que se desprende hacia el ambiente este la punta encendida, entre bocanada y bocanada. El humo de tabaco ambiental es el humo que queda en suspensión en un ambiente donde hay personas fumando.
El humo de la corriente lateral tiene mayores concentraciones de algunas sustancias tóxicas, por lo que el consumo de tabaco en ambientes cerrados concentra éstos niveles de partículas respirables, como nicotina, monóxido de carbono, acroleína, formaldehído y muchas más sustancias que producen cáncer en seres humanos.
Los fumadores pasivos tienen un riesgo aumentado de presentar cáncer de pulmón, de senos paranasales y mama. En niños existe un mayor número de síntomas respiratorios agudos y crónicos, infecciones respiratorias bajas, otitis media y síndrome de muerte súbita infantil. El humo de tabaco ambiental favorece la exacerbación de asma bronquial en niños y adultos.
Los no fumadores sienten molestias cuando están expuestos al humo del tabaco, pueden presentar: irritación de ojos, dolor de cabeza, mareos, cansancio, dolor faríngeo, náuseas, tos o dificultad respiratoria.
El humo de tabaco ambiental es uno de los contaminantes de los ambientes interiores más extendido y dañino para la salud de los no fumadores tanto en hogares como en lugares de trabajo.
La toma de conciencia sobre los numerosos y graves daños producidos a la salud por la exposición al humo de tabaco ambiental ayudará a la toma de conciencia para generar un cambio en la percepción social del tabaco, para que su consumo público sea rechazado y se favorezcan las políticas de protección de los no fumadores.
Es importante cuidar de tu salud y de la de las personas al rededor.
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