Se llama hemodiálisis al tratamiento que permite sustituir la función renal de una persona y consiste en filtrar la sangre de esta persona de manera periódica. Para esto, es necesario extraer la sangre del organismo y moverla a la máquina de hemodiálisis, un equipo conocido como dializador; el cual se encarga de eliminar estas toxinas y, posteriormente, devolver la sangre, ahora limpia, al organismo.
¿Para qué sirve la hemodiálisis?
La hemodiálisis es un procedimiento que se requiere cuando la persona vive con enfermedad renal terminal, que es la última etapa de la enfermedad renal crónica, es decir, cuando los riñones ya no logran realizar su función.
Los riñones están diseñados para eliminar tanto los desechos como el exceso de agua del cuerpo y, en caso de que no logren realizar esto, se presenta la enfermedad renal crónica; dos causas comunes, mas no las únicas de que se presente esto es: tener diabetes no controlada o presión arterial alta mal atendida.
Otras causas que pueden provocar insuficiencia renal son inflamación del riñón, presencia de quistes, enfermedades renales hereditarias o el uso de algunos medicamentos de manera prolongada.
Generalmente, desarrollar enfermedad renal terminal es un proceso que se genera de manera lenta a lo largo de 10 a 20 años.
La hemodiálisis cumple diferentes funciones interrelacionadas:
- Permite eliminar desechos como exceso de sal y de agua, así como otros productos que se acumulan en el cuerpo.
- Ayuda a mantener niveles seguros de vitaminas y minerales.
- Controla la presión arterial.
- Produce glóbulos rojos.
Para llegar a requerir de hemodiálisis, el médico primero deberá analizar el nivel de función del riñón, por lo general, cuando esta función ronde entre el 10 al 15% es cuando se indica.
¿Cuánto tiempo puede vivir una persona con hemodiálisis?
El tiempo de vida de la persona que requiere hemodiálisis es muy variable y esto dependerá de múltiples factores, incluyendo su edad, género, la presencia de otros problemas de salud o que tan apegado esté al tratamiento.
Es de vital importancia no saltarse sesiones de hemodiálisis, ni tampoco buscar atajos, ya que todo esto será contraproducente para la salud.
Lamentablemente, una vez que el paciente presenta daño en el riñón, este será irreversible, lo que significa que la hemodiálisis es de por vida; aunque es posible que con un trasplante de riñón esto ya no sea necesario.
Sin importar el progreso tanto de la enfermedad, como del tratamiento, es necesario que el paciente esté en contacto frecuente con su médico de cabecera, así como todo el personal de salud que ayuda en su atención con el objetivo de ofrecer el mejor panorama posible.
¿Cuál es la diferencia entre diálisis y hemodiálisis?
Como ya se ha mencionado, la hemodiálisis es un procedimiento en el cual la sangre sale del cuerpo y, a través de un dializador, se filtran sus toxinas y exceso de agua; esto se logra mediante un acceso a una arteria o fístula arteriovenosa.
Por otra parte, la diálisis peritoneal es un tratamiento, también para la insuficiencia renal, que a través de un revestimiento del abdomen del paciente se puede filtrar la sangre, sin la necesidad de que salga del organismo.
Aunque es más específico, en términos sencillos, esta es la diferencia entre diálisis y hemodiálisis.
Para la elección de uno u otro procedimiento es importante conocer las condiciones médicas del paciente, sus preferencias, la posibilidad o imposibilidad de moverse, la probabilidad de realizar el procedimiento en casa, entre otros factores.
El médico, junto al paciente y su familia o personas a cargo, deberán elegir la mejor opción entre la diálisis y la hemodiálisis, de acuerdo con cada caso.
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Fuentes:
NIH, Kidney.org, CIGNA
