El soplo cardíaco es un sonido como un susurro o un silbido que se produce debido al flujo sanguíneo que está acelerado o turbulento en el corazón.
Los soplos cardíacos se pueden presentar de manera congénita (desde el nacimiento) o a través de los años, considerándose así como adquiridos.
¿Es peligroso un soplo cardíaco?
En ocasiones el soplo cardíaco puede ser inofensivo, ya que no significa la presencia de una enfermedad cardíaca y, por lo tanto, no se necesita tratar.
Pero existen otros soplos cardíacos que pueden ser síntoma de alguna enfermedad grave, por lo que se necesitarán pruebas para identificarlos.
El soplo cardíaco en niños es algo muy común y solo en contadas ocasiones, un especialista deberá analizar la situación para descartar problemas.
En caso de que el pediatra tenga dudas sobre el soplo cardíaco infantil, lo más probable es que lo refiera a un cardiólogo pediátrico, quien cuenta con el equipo y conocimiento para identificar un posible problema de mayor gravedad.
Si el soplo cardíaco indica un problema en el corazón, se le denomina soplo patológico, y frecuentemente están relacionados con un defecto cardíaco congénito.
¿Cómo se sabe si el soplo cardíaco es inofensivo o no?
Para identificar la presencia de un soplo cardíaco en bebés o niños más grandes, el cardiólogo pediátrico realizará preguntas relacionadas a la falta de aliento, dolor de pecho, mareos o incluso, desmayos.
Dependiendo de cada paciente, el médico puede solicitar la toma de alguna radiografía, la realización de un electrocardiograma o un ecocardiograma.
Una vez que se obtienen estos resultados, el cardiólogo pediátrico diagnosticará si el soplo cardíaco podría provocar, o no, un problema en el niño.
En la mayoría de los casos, los soplos cardíacos no representan un problema para la salud y, conforme vaya creciendo el niño o niña, podrá correr, saltar y jugar y llevar una vida normal.
Tipos de tratamientos para un soplo cardíaco
El tipo de tratamiento de un soplo cardíaco que causa problemas a la salud de la persona, dependerá de la causa de este y se puede abordar a través de un enfoque farmacológico o uno quirúrgico.
Los tratamientos con medicamentos son aquellos que pueden contemplar anticoagulantes, diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina y betabloqueadores, cada uno de estos fármacos tiene sus características particulares y su uso dependerá del padecimiento del niño y la recomendación del médico tratante.
En caso de ser necesario abordar esta enfermedad desde un punto de vista quirúrgico, se buscará corregir la afección causante del soplo cardíaco. Generalmente, la intervención quirúrgica se emplea para reparar alguna válvula o, incluso, se realiza su reemplazo.
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