La salud mental forma parte del bienestar general de una persona, debido a que está relacionado a nuestra manera de pensar, de desenvolvernos y de expresar nuestros sentimientos. De igual manera nos ayuda a construir buenas relaciones interpersonales, desempeñarnos en el día a día y desarrollarnos en el entorno social o laboral. Las habilidades que adquirimos como aprender algún idioma, mantener activo y sano nuestro cuerpo, son otros elementos que se ven afectados por la salud mental.
¿Qué es la salud mental?
Se considera como salud mental al equilibrio que existe entre el individuo y su entorno socio-cultural, compuesto por factores sociales, psíquicos, emocionales y que afectarán la manera de pensar, actuar, sentir y reaccionar en momentos de estrés.
En términos simples, la salud mental es la ausencia de trastornos mentales, aunque para mantenerla se necesita un proceso complicado en donde cada individuo lo experimenta de una forma diferente y con un nivel de dificultad también diferente. Para algunas personas es más sencillo y para otras personas es mucho más complicado.
Diferentes tipos de trastornos mentales
Los trastornos mentales son una alteración clínica de importancia en la cognición, en el comportamiento de la persona o en la regulación de las emociones. Frecuentemente, se asocia con angustia o algún tipo de discapacidad funcional. Al hablar de trastornos mentales se engloban situaciones como discapacidades psicosociales, angustia considerable, riesgo para la salud personal o discapacidades funcionales.
Los trastornos mentales se pueden clasificar en los siguientes tipos:
- Problemas adquiridos. Aunque al hablar desde un punto clínico son temas muy diferentes, algunos trastornos se generan por situaciones que se viven en el día a día como un accidente, consumo de sustancias como el alcohol o drogas.
- Problemas en el neurodesarrollo. Engloba muchos padecimientos que se generan en la infancia y durante el crecimiento del niño, puede incluir hiperactividad, trastornos del espectro autista, hiperactividad, entre otros.
- Problemas en la percepción. Una amplia gama de trastornos que modifican la percepción de la realidad, esto puede ir desde casos como esquizofrenia hasta trastornos en el interés sexual o de la personalidad, por citar algunos.
- Problemas físicos. Ciertos tipos de trastornos pueden resultar en alteraciones físicas de la persona, como los trastornos alimenticios, problemas con el control del esfínter o problemas en el sueño.
- Problemas pasajeros. También existen algunas condiciones pasajeras que afectan la salud mental, aunque su nivel de severidad varía en cada paciente. Es frecuente que estas condiciones se confundan con un trastorno mental más permanente.
Existen miles de trastornos mentales que pueden tener características similares, motivo por el cual es importante obtener el diagnóstico por parte de un profesional del área.
Señales de advertencia
Hay diferentes señales que pueden dar pauta a tomar acción y acudir con un especialista, debido a que solamente ellos pueden dar un diagnóstico certero y señalar el tipo de tratamiento a seguir.
Dentro de las señales que se pueden percibir están:
- El sueño se ve afectado o se tiene insomnio.
- Pérdida de las ganas de socializar con otras personas o de realizar actividades que anteriormente agradaban.
- Aumento en el consumo de alcohol o drogas.
- Cambios de humor repentinos que afectan las relaciones con otros.
- El nivel de energía en el día a día disminuye considerablemente y el desempeño ya no es el mismo.
- Pensamientos inusuales.
- El apetito disminuye o incrementa de un momento a otro.
- Se percibe tristeza, depresión o ansiedad.
- Pensamientos suicidas o de causar o causarse daño se hacen presentes.
¿Cómo es una valoración para detectar un trastorno mental?
Determinar un trastorno mental puede ser difícil, motivo por el cual es importante tomarse el tiempo con los profesionales adecuados para lograr un diagnóstico preciso. Entre mayor sea la cantidad de información recabada, el profesional tendrá más herramientas para trabajar en el paciente y ayudar a mejorar su salud mental.
Entre la información que es de relevancia se encuentra:
- Antecedentes clínicos propios y familiares.
- Preguntas sobre los eventos que pudieran haber cambiado la vida del paciente.
- Historial del consumo de drogas y alcohol.
- Cuestionarios para conocer la manera de pensar y actuar ante problemas típicos o complejos.
- Dependiendo del caso, se podría solicitar la opinión de otra persona allegada al paciente.
- Indagar sobre posible maltrato, abusos, crisis familiares y otros eventos importantes.
Las enfermedades mentales más comunes
El espectro de enfermedades mentales es muy amplio, pero existen algunas que son las más comunes:
- Ansiedad. El paciente tiene un sentimiento de inquietud, miedo o temor ya sea con fundamento o sin este.
- Demencia. Es una pérdida en la función cerebral que puede ocurrir a consecuencia de otras enfermedades, afectando la memoria, el lenguaje, el comportamiento y el pensamiento.
- Depresión. Se caracteriza por una tristeza duradera y la pérdida en realizar actividades que antes eran normales.
- Esquizofrenia. Afecta la manera en que el paciente piensa, siente y se comporta.
- Fobias. Es un miedo a situaciones o cosas que no necesariamente son peligrosas y que en general para otras personas no les afectan.
- TDAH. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad frecuentemente se presenta en niños y durante su vida adulta.
- TEA. El trastorno del espectro autista es una discapacidad en el desarrollo que afecta la interacción social, comunicación y flexibilidad en el razonamiento.
- TLP. El trastorno límite de la personalidad puede afectar diversos aspectos de la vida como el trabajo, las relaciones íntimas y la actividad social
- TOC. El trastorno obsesivo-compulsivo genera pensamientos, ideas o sensaciones que resultan en un comportamiento repetitivo, conocido como compulsión.
- Trastorno afectivo bipolar. General altibajos en el estado de ánimo alternando entre episodios depresivos y eufóricos.
- Trastornos alimenticios. Existen muchos trastornos que afectan la manera en que el paciente ve o disfruta la comida.
Los tratamientos psiquiátricos recomendables
Actualmente es posible tratar muchos de los trastornos mentales con tratamientos somáticos, que incluye el uso de fármacos y otros tratamientos que estimulan al cerebro. En otros casos se pueden emplear tratamientos psicoterapéuticos como la psicoterapia, terapia conductual o la hipnoterapia.
Dependiendo del tipo de trastorno y los síntomas que presente el paciente un psicólogo clínico o un psiquiatra podría ser la opción adecuada para su tratamiento.
¿Cómo es la vida al ser diagnosticado con un trastorno mental?
Como en cualquier otra enfermedad física al ser diagnosticada, existen una infinidad de tratamientos que ayudan a regular los síntomas causados por la enfermedad.
Las personas que se someten a tratamientos psiquiátricos o clínicos suelen llevar una vida común y gozarla de la misma forma que alguien que no padece enfermedades mentales. Lo importante es la constancia y el compromiso consigo mismo para enfrentarla.
Tener una enfermedad mental no debe generar vergüenza, hay personas que jamás son diagnosticadas debido a los tabúes que existen en torno a este tema. La empatía y el apoyo de los círculos cercanos de estas personas es fundamental para que logren recuperar su calidad de vida.
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Fuente:
Secretaría de Salud
OMS
