Tipos de fracturas

16 de diciembre 2024

Médico explicando los tipos de fracturas que se pueden originar, a través de una radiografía y un modelo de rodilla

Existen diversos tipos de fracturas en función a la parte del cuerpo que se vea afectada y, por lo mismo, su complejidad también puede variar

Qué es una fractura

Se conoce como fractura a una lesión donde se interrumpe la continuidad de un hueso de manera parcial o completa y puede ocurrir debido a diversas causas, como un trauma directo tras una caída o un golpe o por causas indirectas como tensiones excesivas o torsiones.

Por otra parte, es posible que la fractura sea resultado de que la persona cuenta con debilidad ósea que puede ser originada por enfermedades como osteoporosis, tumores óseos o infecciones.

Los síntomas típicos de una fractura incluyen:

  • Dolor intenso: especialmente al mover la zona afectada.
  • Inflamación: a raíz del daño en tejidos blandos cercanos.
  • Deformidad visible: en algunos casos, el hueso fracturado puede sobresalir.
  • Incapacidad: dependiendo de la severidad de la lesión, puede haber incapacidad para mover la extremidad.

Clasificación de fracturas

La clasificación de fracturas se puede dividir de diversas maneras dependiendo de criterios como la integridad de la piel, el patrón de la lesión, su ubicación anatómica, su causa subyacente y la estabilidad del hueso afectado; conocer estas categorías es fundamental para que los profesionales médicos determinen el tipo de tratamiento más adecuado para cada caso.

Integridad de la piel

El criterio de integridad de la piel, que es una de las clasificaciones principales, se divide en fracturas cerradas y fracturas abiertas. Las fracturas cerradas o simples ocurren cuando el hueso se rompe, pero no perfora la piel, lo que reduce de manera significativa el riesgo de infecciones. Mientras que, en las fracturas abiertas o compuestas, el hueso roto atraviesa la piel o, bien, una herida comunica con el hueso fracturado, lo que resulta en exposición a contaminantes que pueden complicar el proceso de curación.

Patrón de fractura

Otro criterio importante es el patrón de la fractura, esto quiere decir la forma en la que se ha roto el hueso. Las fracturas transversales presentan una línea de ruptura perpendicular al eje del hueso, mientras que las fracturas oblicuas tienen un ángulo inclinado. Las fracturas espiroideas son el resultado de fuerzas de torsión creando un trazo alrededor del hueso.

Las fracturas conminutas se caracterizan por la fragmentación del hueso en múltiples pedazos, lo que las hace particularmente complejas de tratar.

En las edades pediátricas existe una variante que se conoce como fracturas en tallo verde, donde el hueso de los niños se dobla y se rompe de manera parcial, similar a la flexibilidad de una rama verde.

Ubicación

La ubicación anatómica también ayuda a clasificar las fracturas. En esta categoría están las fracturas diafisarias que afectan la parte media de los huesos largos, las fracturas metafisarias que se localizan en la región de transición entre la diáfisis, la parte media de los huesos largos, y la epífisis, el extremo de un hueso largo.

Las causas también son otra clasificación y pueden ser traumáticas, las más comunes y son el resultado de impactos directos o accidentes; también hay fracturas patológicas que ocurren en huesos debilitados por enfermedades preexistentes como la osteoporosis o cáncer; y, por último, están las fracturas por estrés, que son microfisuras causadas por actividades repetitivas de alto impacto, siendo frecuentes en atletas o personas que realizan movimientos físicos continuos e intensos.

Estabilidad

Adicional a esto, también es importante considerar la estabilidad de la fractura. Se denomina fractura estable cuando se mantienen los fragmentos óseos alineados, incluso tras la lesión; mientras que una fractura inestable presenta desplazamiento significativo, aquí se requiere de intervenciones médicas complejas para restaurar la estructura anatómica y funcional del hueso afectado.

Fracturas, tipos

Por otra parte, englobando todo lo anterior, existen diferentes tipos de fracturas que pueden afectar cada uno de los huesos del cuerpo, dentro de los principales se encuentran:

  • Fractura de Colles: es una fractura común cerca de la muñeca, en el radio distal y, generalmente, es causada por caer con la mano extendida; en gran medida la presentan los adultos mayores con osteoporosis.
  • Fractura de clavícula: se presenta en la clavícula, que es un hueso largo que conecta el brazo con el tronco; suele presentarse tras caídas directas sobre el hombro o por accidentes deportivos.
  • Fractura de cadera: afecta el cuello del fémur y es especialmente frecuente también en personas mayores con huesos debilitados por osteoporosis.
  • Fractura por avulsión: esta lesión se presenta comúnmente en atletas que realizan movimientos bruscos y sucede cuando un tendón o ligamento tira de un fragmento óseo, arrancándolo de su lugar.
  • Fracturas por compresión: tipo de fractura típico en la columna vertebral, sobre todo en personas con osteoporosis y se producen cuando las vértebras se comprimen y colapsan.
  • Fracturas craneales: ocurren en los huesos del cráneo y pueden ir desde una simple grieta, hasta fracturas deprimidas donde el hueso se hunde hacia adentro, o compuestas que perforan la piel.
  • Fracturas de pelvis: la fractura simple suele involucrar una única línea de fractura y no afecta la estabilidad del anillo pélvico; mientras que las fracturas complejas comprometen múltiples áreas del anillo pélvico y suelen asociarse a inestabilidad y alto riesgo de daño a órganos internos, por ejemplo.
  • Fracturas epifisiarias en niños: involucran la placa de crecimiento y pueden causar problemas en el desarrollo óseo si no se tratan adecuadamente.

En función a los tipos de fractura, su localización y su gravedad, variará el tipo de tratamiento y su manejo, pero en términos generales se emplea inmovilización mediante férulas, yesos u otros dispositivos ortopédicos; también se puede requerir de reducción de la fractura mediante la realineación de los fragmentos óseos que puede ser mediante manipulación externa o cirugía.

En ocasiones se puede emplear la fijación interna o externa con el uso de clavos, placas o tornillos.

Y en la mayoría de los casos, la rehabilitación mediante el apoyo de ejercicios y fisioterapia permitirá recuperar la movilidad y la fuerza.

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Fuentes:
MedlinePlus, Stanford Children, Secretaría de Salud

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    Ricardo Ostos

    Ricardo Ostos

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