La artroscopia es una técnica quirúrgica que ha transformado la medicina ortopédica, permitiendo a los especialistas diagnosticar y tratar diversas lesiones articulares de manera menos invasiva, en comparación a la cirugía tradicional.
Su uso se ha extendido a abordar condiciones en rodillas y hombros principalmente, aunque es posible realizarla también en codos, muñecas, tobillos y caderas.
La artroscopia ofrece una recuperación más rápida, con menor dolor postoperatorio y resultados más precisos en comparación con las técnicas abiertas.
Qué es una artroscopia
La artroscopia es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que permite al médico examinar el interior de una articulación sin requerir realizar cortes de gran tamaño.
Durante este procedimiento, el cirujano inserta un pequeño instrumento conocido como el artroscopio en la articulación a través de una incisión de unos milímetros. Este instrumento cuenta con una cámara de alta definición y una fuente de luz que proyecta imágenes en un monitor, permitiendo observar estructuras internas como los cartílagos, ligamentos, tendones y membranas.
Más allá del diagnóstico, la artroscopia puede también emplearse como un tratamiento, al realizar reparaciones, extracciones de fragmentos de cartílago dañado o roturas de ligamentos.
Dentro de las ventajas que brinda la artroscopia están:
- Reducción del dolor postoperatorio.
- Menor riesgo de infección.
- Cicatrices pequeñas.
- Recuperación más rápida.
- Diagnóstico preciso en lesiones internas que no siempre se diagnostican mediante radiografías o resonancia magnética.
Debido a esto, la artroscopia se ha convertido en una técnica estándar en ortopedia, especialmente en lesiones deportivas o degenerativas.
Artroscopia de rodilla
La artroscopia de rodilla es uno de los procedimientos más comunes en ortopedia. La rodilla es una de las articulaciones más complejas y que están sometidas a estrés constante, es especialmente propensa a lesiones en ligamentos, meniscos y cartílago.
La artroscopia de rodilla permite al especialista evaluar el daño y, con frecuencia, repararlo al mismo tiempo.
Entre las indicaciones más frecuentes para una artroscopia de rodilla se encuentran:
- Desgarros de meniscos.
- Lesiones de ligamento cruzado anterior o ligamento cruzado posterior.
- Cartílago dañado o con desgaste que puede ser condromalacia o artrosis incipiente.
- Inflamaciones de la membrana sinovial.
- Fragmentos sueltos de hueso o cartílago dentro de la articulación.
El procedimiento suele realizarse con anestesia regional o general, dependiendo del caso y las incisiones suelen ser entre 0.5 a 1 centímetro.
El postoperatorio en la artroscopia de rodilla incluye fisioterapia temprana para recuperar movilidad y fuerza, así como medidas de cuidado para reducir inflamación y dolor. Gracias a su característica mínimamente invasiva, los pacientes suelen volver a caminar de manera independiente en pocos días, pudiendo incluso retomar actividades deportivas en pocas semanas.
La artroscopia de rodilla brinda una recuperación más rápida en comparación a la cirugía abierta tradicional, por ende, menor daño a tejidos circundantes; así como un diagnóstico preciso y menor riesgo de complicaciones postoperatorias.
Artroscopia de hombro
Por otra parte, la artroscopia de hombro se ha convertido en una herramienta esencial para tratar lesiones en una de las articulaciones más móviles y complejas del cuerpo. El hombro está compuesto por la unión del húmero, la escápula y la clavícula, con apoyo de músculos, tendones y ligamentos que permiten un rango de movimiento amplio.
Pero debido a esta misma movilidad, el hombro es muy susceptible a lesiones como desgarros del manguito rotador, inestabilidad articular y bursitis.
Entre las indicaciones más comunes para una artroscopia de hombro se encuentran:
- Lesiones del manguito rotador, desgarro parcial o total.
- Inestabilidad del hombro, incluyendo luxaciones recurrentes.
- Bursitis o inflamación de la bolsa sinovial.
- Pinzamiento subacromial.
- Fragmentos de cartílago o cuerpos extraños dentro de la articulación.
El procedimiento se puede realizar con anestesia general o regional y requiere de pequeñas incisiones a través de las cuales se introducen el artroscopio y otros instrumentos quirúrgicos.
Durante el procedimiento se pueden reparar tendones, remover fragmentos dañados o reconstruir ligamentos.
El postoperatorio de la artroscopia de hombro implica una rehabilitación cuidadosa, con ejercicios progresivos para recuperar movilidad, fuerza y estabilidad.
La artroscopia de hombro ofrece beneficios como un menor dolor postoperatorio en comparación a la cirugía abierta, recuperación más rápida, reducción de cicatrices visibles y permite tratar múltiples lesiones simultáneamente.
La artroscopia representa un avance significativo en la medicina moderna, combinando un diagnóstico preciso con un tratamiento efectivo en un solo procedimiento mínimamente invasivo.
En el área de Cirugía Artroscópica del Centro Médico ABC se cuenta con el equipo necesario para brindar diagnóstico y tratamiento a las diversas lesiones articulares que se pueden presentar.
Fuentes:
Mayo Clinic, MedlinePlus, Cigna