La académica e investigadora estadounidense, Brené Brown, es una figura sociológica importante desde hace más de dos décadas, ya que se ha dedicado a analizar las causas, efectos y la sublimación de conceptos como la vergüenza, la empatía, la valentía y la vulnerabilidad.
A través de exitosos libros, videos y conferencias, la Dra. Brown ha logrado colocar estos temas como objeto de estudio y la gente común ha entrado en contacto con sus enseñanzas y ha podido aplicar algunos de sus conceptos y recomendaciones a su vida diaria, tanto en el ámbito personal como en el laboral.
Dentro de sus principales enseñanzas, nos habla de ejercer la valentía por medio de la vulnerabilidad, ya que no es posible ser valiente sin ser vulnerable y viceversa.
La filosofía de vida y las ideas de desarrollo personal de la Dra. Brown pueden resumirse en una serie de máximas que pueden ayudarnos a transformar nuestra experiencia vital y la manera en que nos relacionamos con nuestros semejantes.
Lecciones de vida de la Dra. Brené Brown
No confundas compasión con empatía:
Muchas veces creemos ser empáticos cuando solo estamos siendo compasivos ante el sufrimiento de alguien. Sin embargo, la empatía va mucho más allá de la compasión porque ser empático implica conectar con las emociones del otro y la compasión crea distancia y falta de comprensión. La empatía solo se logra conectando con las emociones del otro, comprendiendo y ofreciendo apoyo y refugio para quien sufre.
Aprende a vivir en la arena:
El crecimiento personal depende de enfrentar la vida con valentía, de dejar atrás nuestra zona de confort. Pero esta elección implica estar dispuestos a tener fracasos, caídas, dolor y sufrimiento. No podemos evitarlos, sino aprender a superarlos y seguir adelante. No permitamos que el miedo al dolor y al fracaso nos paralicen y no nos dejen intentar cosas que nos pueden llevar a experimentar el amor y la felicidad, los dos rubros por los que vale la pena vivir y esforzarse.
La verdadera fuerza proviene de la vulnerabilidad:
Si bien, ser vulnerable se asocia con debilidad, en realidad es todo lo contrario, para ser valiente hay que arriesgarse, emocionarse y saber lidiar con la falta de certeza del resultado de nuestros actos. Debemos olvidar la visión utilitaria de ganar o perder, la verdadera valía se encuentra en el hecho de intentar algo independientemente de su resultado. Estar conscientes de nuestra vulnerabilidad nos hace audaces y valientes, lo cual es un premio en sí mismo.
Rodéate solo de gente que te acepte como eres, con tu vulnerabilidad e imperfecciones:
Solo debe importarte la opinión de las personas que te quieren y se preocupan por ti, lo que los demás piensen de ti es intrascendente. Las críticas de las personas tóxicas no deben afectar, recuerda que los jueces más severos son quienes nunca intentan nada. Desecha a toda esa gente tóxica que está a tu alrededor.
Sé agradecido siempre:
Tradicionalmente vivimos con el temor de sentir alegría por el miedo a perderla, nuestra mente nos juega malas pasadas imaginando diversos escenarios catastróficos que pueden romper cada momento de alegría que experimentamos, siendo la más vulnerable de todas las emociones, por lo que es importante verbalizar cualquier agradecimiento que tengamos, eso es practicar la gratitud, lo cual hará que nuestra alegría sea duradera y se vuelva parte de nuestra vida.
Aprende a ser vulnerable y tu vida cambiará:
Acepta y ejerce tu vulnerabilidad, ese es el impulso de valentía que te ayudará a aprender, evolucionar y a ser responsable de tus actos. Por difícil y dolorosa que parezca, la vulnerabilidad es una fuente inagotable de conocimiento y superación. Como dice la Dra. Brown, es preferible vivir una vida valiente con altibajos que una vida cómoda, estática e insípida.
¡Atrévete a abrazar tu vulnerabilidad y a vivir con valentía!
Fuentes:
vogue, culturainquieta, hhri, antoniovalenzuela