La fibrosis pulmonar es una enfermedad respiratoria crónica, en donde se genera un engrosamiento y cicatrización del tejido pulmonar, fibrosis, lo que trae consigo que, de manera progresiva, disminuya la función pulmonar.
De persona en persona la velocidad con la que progresa esta enfermedad es muy variable, aunque siempre empeora con el tiempo; y conforme pasa esto, las personas perciben cada vez más que les falta el aire.
¿A qué se debe la fibrosis pulmonar?
La fibrosis pulmonar tiene diferentes causas, pero, en términos generales, estas se dividen en dos tipos.
La fibrosis pulmonar idiopática o FPI es la más común y aquí no se tiene una causa conocida; mientras que la fibrosis pulmonar secundaria se presenta a raíz de otras enfermedades, a la exposición de toxinas en el ambiente como los asbestos, a infecciones, enfermedades autoinmunes como el lupus y, en algunos casos, al uso de medicamentos como antibióticos o quimioterapéuticos.
Síntomas de la fibrosis pulmonar
Con frecuencia, la fibrosis pulmonar es un padecimiento que se diagnostica mal, al poder confundirse con otras enfermedades pulmonares como el enfisema pulmonar; pero dentro de los síntomas de pulmones inflamados que se pueden percibir están:
- Disnea, que es la dificultad para respirar.
- Tos seca persistente.
- Debilidad o fatiga.
- Pérdida del apetito.
- Pérdida de peso involuntario.
- Malestar o dolor en el pecho.
- Dolor en las articulaciones o en los músculos.
- Acropaquia, ensanchamiento y redondeo de las puntas de los dedos y de las uñas tanto en los pies como en las manos.
Diagnóstico de la fibrosis pulmonar
Lamentablemente, la patogenia o velocidad de evolución de la fibrosis pulmonar es muy variable y, aunque en algunas personas los síntomas pueden ser moderados y desarrollarse a lo largo de meses o años, en otras personas es una condición de gravedad que puede empeorar de manera muy rápida, en cuestión de semanas o días y, de no atenderse, puede ser mortal.
Aunque en ocasiones una infección pulmonar puede ser un detonante para que evolucione rápidamente esta enfermedad, en muchos otros casos no se logra identificar la causa de que esto pase.
En caso de percibir uno o más síntomas es importante acudir con el médico para buscar un diagnóstico adecuado. Para lograr esto, el especialista utilizará diferentes herramientas:
- Historia clínica del paciente.
- Examen físico.
- Identificación de contacto con agentes tóxicos.
- Pruebas de función pulmonar como espirometría, prueba de volumen pulmonar o de difusión pulmonar u oximetría.
- Pruebas de diagnóstico por imagen como radiografías del tórax, tomografía computarizada o ecocardiogramas.
- Muestra de tejido con una biopsia quirúrgica o mediante broncoscopia.
- Análisis de sangre.
¿Cuál es la cura de la fibrosis pulmonar?
No existe una cura para la fibrosis pulmonar, esto significa que tanto el engrosamiento de los pulmones como las cicatrices no se pueden remediar. Pero se ha identificado que algunos tratamientos son eficaces para evitar su progresión y mejorar los síntomas, el uso de medicamentos antifibróticos ayuda a esto.
También se puede indicar terapia de oxígeno u oxigenoterapia, que no afecta el curso de la enfermedad pero sí ayuda a facilitar la respiración, prevenir complicaciones por los bajos niveles de oxígeno en la sangre, mejorar el sueño y dar una sensación de bienestar.
La rehabilitación pulmonar ayuda a controlar los síntomas y mejorar la capacidad que tiene la persona para lograr realizar sus tareas cotidianas.
En algunos casos, está la opción de trasplante pulmonar, que puede ayudar a mejorar la calidad de vida pero que también conlleva complicaciones que pueden ser graves.
¿Cuál es la etapa final de la fibrosis pulmonar?
La fibrosis pulmonar terminal o fibrosis pulmonar avanzada se considera la etapa final de este padecimiento y se presenta cuando existe un deterioro significativo en la función pulmonar, así como la aparición de síntomas que impactan en gran medida la calidad de vida de la persona.
Durante esta etapa, la capacidad de los pulmones dañados para el intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono se ha visto comprometida y puede presentarse disnea, hipoxemia crónica (bajos niveles de oxígeno en la sangre), insuficiencia respiratoria, fatiga extrema o dolor torácico.
Una persona que ha llegado a esta etapa de evolución, suele tener una supervivencia de unos pocos meses hasta un par de años, dependiendo de la velocidad con la que continúe avanzando la enfermedad.
En este momento, el tratamiento tiene un enfoque relacionado a proporcionar alivio a los síntomas, así como brindar apoyo tanto psicológico como emocional al paciente y sus familiares.
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Fuentes:
ALA, MedlinePlus, Secretaría de Salud
