Los ataques de pánico y ansiedad son dos situaciones que todos podemos llegar a presentar en alguna etapa de nuestra vida, y aunque se puede pensar que son lo mismo, cada uno tiene sus características particulares.
Ataque de ansiedad
La ansiedad es un sentimiento de inquietud, miedo o temor, que puede llegar a presentar de manera normal algún tipo de estrés. Este sentimiento debería ayudar a enfrentar una situación, otorgar energía a la persona y permitirle concentrarse en la situación; pero en caso de no lograr controlarse se pueden presentar los ataques de ansiedad o trastornos de ansiedad, que son episodios repetitivos de ansiedad intensa que afecta la mente y cuerpo de la persona, así como su calidad de vida.
Una persona que vive ataques de ansiedad verá que los sentimientos de pánico y ansiedad comienzan a interferir con su vida diaria, volviéndose muy difíciles de controlar y elevando desproporcionadamente al nivel de peligro de lo que realmente existe.
Dependiendo de las características que presente una persona, existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad, algunos ejemplos son:
- Trastornos de ansiedad generalizados: las personas que presentan ataques de ansiedad se preocupan por temas cotidianos como el dinero, el trabajo, la familia, la salud; elevando su preocupación a puntos excesivos y pueden presentarse de manera diaria en algunos casos.
- Trastornos de pánico: aquí la persona vivirá ataques de pánico que son repentinos y repetidos, seguido por la sensación de miedo intenso sin que haya un motivo real para pensar en el peligro; estos ataques suelen durar minutos o unas horas.
- Fobias: las personas con una fobia presentan un miedo intenso a algo, puede ser un objeto, una situación o cualquier cosa, pero siempre es a ese mismo algo. Puede haber fobias a las arañas, a salir al exterior, a la oscuridad, a hablar en público, etc.
No existe un motivo absoluto para que una persona presente un trastorno de ansiedad y puede deberse a un evento traumático, presión social, familiar o a las personas; así como por cuestiones biológicas o incluso a consecuencia de otros padecimientos.
Diferencia entre ataque de pánico y ataque de ansiedad
Aunque de manera genérica un ataque de ansiedad y un ataque de pánico se pudieran confundir, tienen características particulares que los diferencian.
Una persona con ataque de ansiedad puede sentir:
- Inquietud.
- Nerviosismo.
- Fatiga sin causa aparente.
- Cansancio mental.
- Dificultad para concentrarse.
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Problemas de sueño.
- La presencia de estos ataques de manera recurrente.
Una persona con ataque de pánico puede sentir:
- Miedo a perder el control.
- Miedo a morir.
- Falta de aire.
- Palpitaciones fuertes.
- Sudoración.
- Temblores musculares.
- Dolor o incomodidad en el pecho.
- Dolor de cabeza.
- Escalofríos.
- Náuseas.
- Calambres en el abdomen.
- Hormigueo o entumecimiento.
- Sensación de que el mundo exterior no está correcto (desrealización).
- Sensación de no ser uno mismo (despersonalización).
Para lograr diferenciar estos dos tipos de ataque existen situaciones que se pueden percibir como: un ataque de pánico no necesariamente tiene desencadenante y los ataques de ansiedad son respuesta a momentos estresantes, por lo menos desde la perspectiva de la persona.
En los ataques de pánico sus síntomas son intensos; en los ataques de ansiedad su intensidad varía.
Una persona que está viviendo un ataque de pánico presentará los síntomas de forma repentina; una persona que presenta ataques de ansiedad presentará los síntomas de manera gradual, empezando de a poco e incrementando su intensidad.
Los ataques de pánico duran poco tiempo; los ataques de ansiedad, si no se controlan, pueden prolongarse mucho tiempo.
Ataque de ansiedad, qué hacer
Es importante consultar a un especialista en caso de que las preocupaciones de la persona comiencen a interferir con sus relaciones, trabajo u otros aspectos de la vida, también es importante poner atención si cuesta mucho trabajo controlar las emociones negativas. Además, la depresión, el consumo de drogas y alcohol, son factores que pueden afectar la salud mental de una persona por lo cual se debe buscar ayuda de manera oportuna.
Como muchos de los trastornos mentales, no hay una manera absoluta y confiable de prevenirlos, pero existen acciones que pueden ayudar a frenar su progreso, evitar que aparezcan o tratarlos cuando están en una etapa inicial.
Pedir ayuda de manera inmediata permitirá controlar los ataques de ansiedad más rápidamente que si los dejas progresar. Mantente activo en actividades que disfrutes y te hagan sentir bien. Elimina el consumo de drogas y alcohol de tu vida, estos productos pueden provocar ataques de ansiedad o incluso empeorarlos.
Dependiendo de cada caso, el médico podrá recomendar psicoterapia, medicamentos o ambos para abordar este padecimiento.
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Fuentes:
Sanitas, MedlinePlus, NIH