¿Cómo explico una pandemia a los más pequeños?
Todas las recomendaciones que vienen a continuación se refieren a niños y niñas en etapa de educación infantil temprana (hasta los 6 años, aproximadamente, dependiendo del grado de madurez). En otras edades se deben tener el enfoque más adecuado a su nivel de competencia y que les permitan aprender y desarrollarse de acuerdo a su edad.
Los medios de comunicación y la alarma social a veces precipitan el trabajo de familias y educadores obligándonos a explicar cosas de las que nunca pensamos tener que hablar con los más pequeños. No es tan grave: solo hay que tener muy claras las prioridades.
¿El Coronavirus es un bicho pequeñito con corona?
Desde hace unas semanas parece que no se habla de otra cosa que no sea el COVID-19 (el Coronavirus): en los medios, en las calles, en las familias, en los centros educativos y hasta en las aulas de educación infantil.
No parece el tema más adecuado para hablar, pero a veces los niños y niñas son quienes lo proponen porque están nerviosos por la expectación que notan a su alrededor y necesitan expresarse. ¿Cómo podemos afrontar esta situación desde un punto de vista educativo? Lo mejor es enfocando el tema de manera sencilla, clara y sin demasiado detalle en forma que protejamos los derechos de los niños y niñas de los que somos responsables. En este caso, especialmente sus derechos a la protección y a la salud.
Protege las emociones de los pequeños
Las conversaciones en casa y la exposición continua a los medios de comunicación acerca del COVID-19 pueden generar en los niños incertidumbre, preocupación, angustia y estrés.
Por ello, te compartimos algunos consejos para reducir la tensión en los pequeños y proteger su bienestar emocional:
- Explicarles la situación en un lenguaje claro y sencillo. Ser honestos y hablarles con la verdad de una manera amigable, para ello, es importante estar bien informados sobre el tema, explicarles qué es una pandemia, qué consecuencias tiene en su vida cotidiana y la importancia de tomar ciertas precauciones para reducir el riesgo de contagio de la enfermedad.
- Prestarles atención. Los niños pueden reaccionar al estrés de diferentes maneras, algunos preferirán estar más cerca a nosotros por miedo; otros se mostrarán más nerviosos, retraídos, enojados o agitados, según su carácter, e incluso pueden tener reacciones como orinarse en la cama. Ante esta situación, conviene considerar sus necesidades de atención con más frecuencia de lo habitual. Es importante no tratarlos con indiferencia. Hemos de ser solidarios con sus preocupaciones, escucharlos y transmitirles calma y amor.
- Proteger sus emociones. Lo más importante es escuchar sus preocupaciones ofreciéndoles nuestra total atención. Reconocer sus emociones, hacerles ver que es normal todo lo que están sintiendo. Ser más comprensivos y pacientes con ellos, buscar espacios de relajación y compartir momentos de ocio para que olviden la inquietud que perciben en el ambiente.
- Mantenerlos cerca de sus familiares y amigos. Es conveniente que los niños no se separen de sus familiares y amigos cercanos. Si el alejamiento es obligado (por ejemplo, como medida de prevención de la salud de sus abuelos y amigos más cercanos), es importante que mantengan un contacto regular con ellos por otros medios (llamadas telefónicas, mensajes de texto, etc).
- Organizar nuevas rutinas y horarios regulares. Aunque en situaciones de aislamiento es muy difícil no variar nuestras rutinas, es muy importante mantener ciertos hábitos. Por ejemplo, vestir con ropa cómoda aunque sea necesario permanecer en casa; dedicar un tiempo al aprendizaje, guiarlos para hacer deberes; y también acompañarles a la hora de realizar actividades recreativas.
- Controlar las fuentes de información. Es nuestra obligación como padres protegerlos de toda la información que les pueda confundir o contribuir a que desarrollen ansiedad y miedo. Podemos reducir la ansiedad en casa si evitamos exponer a los pequeños de las noticias sobre el problema. Expliquemos también que no toda la información disponible en internet es correcta y que es mejor confiar en lo que dicen los expertos y fuentes oficiales, como es el caso del sitio de internet que el Centro Médico ABC pone a disposición de la comunidad: centromedicoabc.com/coronavirus
- Al mal tiempo, buena cara. Hacerles notar que en tiempo difíciles o épocas de crisis, también hay actividades nuevas por aprender, por ejemplo, el hábito de higiene de manos de una manera divertida y práctica.
- Organizar actividades divertidas en familia. Es fundamental planificar momentos de ocio y actividades en conjunto (como juegos de mesa, manualidades, cocinar en familia, ver películas, escuchar música, arreglar el jardín o los closets y cajones de la casa, bailar, tocar un instrumento musical, leer, practicar técnicas de respiración y meditación, entre otras).
- Realizar actividad física. Ejercitarse en familia todos los días es vital para mantener el ánimo arriba y es aquí donde la creatividad juega un papel importante, como preparar una carrera de obstáculos en el jardín, subir y bajar escaleras de diversas formas, etc.
- Inculcarles respeto por el entorno. Enseñarles a realizar pequeñas contribuciones a la higiene doméstica, como adquirir el hábito de separar los desechos de la basura, técnicas de reciclaje, conocer la importancia de la limpieza del entorno, de la ropa, de la vajilla, etc.
Protege la salud de los más pequeños
En este momento del desarrollo también es muy importante establecer las bases de hábitos de autoprotección que les permitirán ser responsables sobre su salud y la de otras personas a lo largo de su vida. No es necesario un tratamiento exhaustivo de las causas y efectos de las enfermedades para empezar a incidir educativamente en conductas de protección que sí están al alcance de niños y niñas desde edades muy tempranas y que además les permiten desarrollar su sentido de autoeficacia y su seguridad en sí mismos:
- El lavado de manos con agua y jabón: no solo aprender a lavarse bien las manos, sino adquirir el hábito y ser capaces de promover esta necesidad en diferentes contextos (por ejemplo: al entrar al hogar, acordarse de lavar sus manos en un restaurante, etc.)
- Reconocer los momentos cotidianos en los que estamos en contacto con suciedad y ser capaces de tomar precauciones. Por ejemplo: manejo de tierra, contacto con animales domésticos, precauciones frente a basura y heces, entre otros.
- Aprender aquellas medidas higiénicas que protegen a los demás, por ejemplo: el uso de pañuelos y servilletas, aprender a limpiar la nariz, evitar compartir cubiertos y vasos, etc.
- Adquirir respeto por el entorno: colaborar en la higiene doméstica y escolar, adquirir el hábito de tirar los desechos a la basura, conocer la importancia de la limpieza del entorno, de la ropa, de la vajilla, entre otros.
Por el momento no existen pruebas suficientes para determinar si el virus puede transmitirse de madres a fetos durante el embarazo, ni tampoco de las consecuencias que esto puede tener después en el bebé. Es un asunto que se está investigando. Las mujeres embarazadas deben tomar las precauciones adecuadas para protegerse de la exposición al virus y buscar asistencia médica si comienzan a presentar síntomas como fiebre, tos o dificultades para respirar.
¿Es seguro que una madre infectada de Coronavirus amamante a su bebé?
Si una madre presenta síntomas, pero se encuentra lo suficientemente bien para amamantar a su bebé, deberá llevar mascarilla siempre que esté cerca de él (por ejemplo, mientras lo está amamantando), lavarse las manos antes y después de tener contacto con el pequeño (también mientras lo está amamantando), y limpiar o desinfectar superficies que puedan estar contaminadas. Estas medidas de precaución han de seguirse en todo momento si una persona que sabe que está infectada del COVID-19 o sospecha que podría estarlo se relaciona con otras personas.
Si una madre está muy enferma es recomendable que se extraiga la leche para dársela al bebé en una taza y/o con una cuchara limpia, siguiendo en todo momento las mismas medidas de prevención de la infección.
Recuerda consultar con tu médico cualquier duda que tengas.
A cualquier edad, pero especialmente con los más pequeños, de poco vale enseñar a lavarse las manos si no nos ven a nosotros hacerlo a menudo. Tampoco tendrá mucho efecto lo que les digamos sobre estar tranquilos si perciben nuestro nerviosismo o que los regañemos por llamar “coronavirus” a alguien si luego nos oyen a nosotros hacer chistes que no saben interpretar.
En una etapa del desarrollo en la que las habilidades lingüísticas aún no están plenamente desarrolladas gran parte del aprendizaje se realiza por imitación y tiene un alto componente emocional. La educación de los más pequeños es un esfuerzo que nos obliga a emplear todos los sentidos.
En el área de Medicina Preventiva del Centro Médico ABC te podemos dar atención especializada ¡Contáctanos!
Fuentes:
Prepare su Hogar para COVID-19
Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, 2020.
Acciones frente al COVID-19
Grupo Especial de Operaciones de Salvamento, 2020.
Guía para padres sobre Coronavirus
Unicef, 2020.