Un infarto cerebral, también conocido como evento cerebrovascular, Ictus o derrame cerebral, es una de las condiciones médicas más graves que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Derrame cerebral
Aunque el término derrame cerebral es utilizado comúnmente para describir un infarto cerebral, no siempre es empleado con precisión, debido a que la palabra “derrame” suele hacer referencia a una hemorragia o sangrado en el cerebro.
Pero en el contexto médico se asocia con la idea de que el flujo sanguíneo que va al cerebro se ve interrumpido, resultando en un impacto negativo en la función cerebral.
En términos médicos, existen dos tipos principales de evento cerebrovascular:
- Isquémico: específicamente este es el conocido como infarto cerebral y es causado por una obstrucción en una arteria que lleva sangre al cerebro. La obstrucción puede ser causada por un coágulo sanguíneo o el desarrollo de placa de grasa; es el accidente cerebrovascular más común.
- Hemorrágico: esta hemorragia cerebral se produce cuando una arteria en el cerebro se rompe, provocando la hemorragia, aunque este tipo de evento cerebrovascular se presenta con menor frecuencia, también tiende a ser más grave.
Síntomas de derrame cerebral e infarto cerebral
Es importante conocer los síntomas de un accidente cerebrovascular para lograr actuar a tiempo y mejorar el pronóstico del paciente.
La debilidad o parálisis de un lado del cuerpo, dificultad para hablar o entender el lenguaje, la pérdida de la visión o visión doble, la presencia de mareo y pérdida del equilibrio, así como la confusión son síntomas frecuentes, pero no es necesario presentar todos, ni que se desarrollen con la misma intensidad.
Pero, aunque los síntomas de un infarto cerebral (isquémico) y de un derrame cerebral (hemorrágico) parecen similares de primera instancia, existen varias diferencias clave.
En el caso de un infarto cerebral, el dolor de cabeza no es un síntoma común, mientras que en el derrame cerebral hemorrágico es uno de los síntomas más característicos.
La pérdida de visión o visión doble es más común en el infarto cerebral, debido a que el daño a las áreas responsables de la visión en el cerebro puede ser más directo; mientras que en el derrame cerebral esta pérdida de visión es menos frecuente.
Las convulsiones son más comunes en un derrame cerebral hemorrágico que en un infarto cerebral, esto se debe a que el sangrado dentro del cerebro puede irritar las células cerebrales y aumentar el riesgo de convulsiones.
Embolia cerebral
La embolia cerebral es un tipo específico de infarto cerebral o evento cerebrovascular isquémico. Se produce cuando un coágulo sanguíneo o una burbuja de aire, grasa u otro tipo de material viaja a través del torrente sanguíneo y se aloja en una arteria cerebral.
Esta obstrucción bloquea el flujo sanguíneo e impide que las células cerebrales reciban oxígeno y nutrientes.
El coágulo o material embólico puede formarse en el corazón o en otras partes del cuerpo y viajar hacia el cerebro a través de las arterias y es una condición que puede estar asociada a diversas causas subyacentes:
- Fibrilación auricular: trastornos del ritmo cardíaco que aumenta los riesgos de formación de coágulos en el corazón.
- Endocarditis infecciosa: infección en las válvulas del corazón que pueden generar coágulos.
- Aterosclerosis: estrechamiento de las arterias debido a la acumulación de placas de grasa.
- Trombosis venosa profunda: formación de coágulos en las venas de las piernas que pueden desprenderse y viajar a los pulmones o al cerebro.
El infarto cerebral, sin importar si es por obstrucción o por hemorragia, es una emergencia médica que puede causar daños cerebrales irreversibles, y en algunos casos resultar en la muerte de la persona.
La prevención, a través del control de los factores de riesgo y un estilo de vida saludable, es fundamental para reducir la probabilidad de desarrollar un evento cerebrovascular.
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Fuentes:
MedlinePlus, Elsevier, NIH
