La inmunoterapia es una modalidad terapéutica que utiliza componentes del sistema inmunológico como anticuerpos, células o moléculas para prevenir, tratar o controlar enfermedades.
El sistema inmunológico es una de las herramientas más poderosas del cuerpo humano, el cual está diseñado para detectar y eliminar amenazas, desde virus hasta células cancerosas, pero es posible que el sistema falle o requiera apoyo al momento de hablar de ciertas condiciones o enfermedades.
Inmunoterapia qué es
La inmunoterapia, a diferencia de los tratamientos tradicionales, actúan de manera directa sobre el agente patógeno o la célula dañado; estimulando o modulando el propio sistema inmune del paciente para que actúe con mayor eficacia.
Existen diversos tipos de inmunoterapia, entre los más comunes están:
- Inmunoterapia activa: estimula directamente el sistema inmune para que ataque una enfermedad.
- Inmunoterapia pasiva: introduce componentes inmunológicos desarrollados en laboratorio, como son los anticuerpos monoclonales.
- Inmunoterapia específica: se dirige a un blanco concreto como una célula tumoral o los alérgenos.
- Inmunoterapia inespecífica: fortalece la respuesta inmunológica general del organismo.
Las aplicaciones clínicas de la inmunoterapia son amplias, aunque las alergias y el cáncer son unas de las áreas que más se emplea; la inmunoterapia también puede ayudar en el campo de enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico, en las enfermedades infecciosas donde se están desarrollando tratamientos inmunológicos para infecciones crónicas o en la neurología, donde se estudia el potencial de la inmunoterapia ante enfermedades neurodegenerativas, por ejemplo.
Aunque de primera instancia se puede confundir, la inmunoterapia es un tratamiento diferente a la terapia dirigida. La terapia dirigida actúa directamente sobre moléculas específicas (como proteínas o genes) involucradas en el crecimiento, progresión o supervivencia de ciertas células, especialmente células tumorales. A diferencia de la inmunoterapia, no actúa a través del sistema inmunológico, sino directamente sobre las células enfermas.
Inmunoterapia alergia
Una de las áreas más consolidadas para la aplicación de inmunoterapia es en el tratamiento para las enfermedades alérgicas, que se conoce como inmunoterapia alérgeno-específica o vacunas para la alergia, donde como objetivo se busca modificar la respuesta inmunológica anómala antes los alérgenos como el polen, los ácaros o hasta los alimentos.
Actualmente la inmunoterapia ha mostrado eficacia en el tratamiento de condiciones alérgicas como la rinitis alérgica o fiebre del heno, el asma alérgica, las picaduras de insectos, incluyendo abejas; al polen, moho o caspa de animales.
En el tratamiento de las alergias, la inmunoterapia consiste en exponer al paciente a cantidades graduales y crecientes del alérgeno causante de la alergia, con el objetivo de desensibilizar el sistema inmune y reducir los síntomas con el tiempo, esto puede ser a través de inyecciones, gotas o pastillas.
Un tratamiento de inmunoterapia adecuado para el paciente indicado, puede brindar beneficios como la disminución de los síntomas alérgicos, reducción del uso de medicamentos y una mejor calidad de vida; incluso en ocasiones puede modificarse el curso normal de la enfermedad y evitar la progresión de rinitis alérgica y asma.
Tratamiento del cáncer
En la medicina moderna, una de las áreas más revolucionarias de la inmunoterapia es su aplicación oncológica. Este tratamiento, a diferencia de la quimioterapia o la radioterapia, busca activar el sistema inmune para reconocer y destruir las células tumorales.
Existen diferentes tipos de inmunoterapia contra el cáncer:
- Inhibidores de puntos de control inmunológico: estos medicamentos bloquean ciertas proteínas que los tumores utilizan para evadir la respuesta inmunitaria; al desactivar este freno, el sistema inmune puede atacar con mayor eficacia a las células cancerosas.
- Terapia con células T CAR (CAR-T): se extraen linfocitos T del paciente, posteriormente se modifican genéticamente en un laboratorio para que reconozcan células tumorales específicas y luego se reintroducen en el paciente; este tipo de tratamiento ha mostrado buenos resultados en pacientes con linfomas o leucemias.
- Anticuerpos monoclonales: son proteínas diseñadas para unirse a blancos específicos en las células cancerosas, para destruirlas o bloquear su crecimiento; aquí es posible que algunos anticuerpos también transporten medicamentos o toxinas directamente al tumor.
- Vacunas terapéuticas contra el cáncer: este tipo de vacunas estimula una respuesta inmune contra células tumorales existentes; pero es un procedimiento que aún se encuentra en etapas de desarrollo.
- Citoquinas: son sustancias naturales del sistema inmune, como las interleucinas o los interferones y pueden ser administradas para estimular una respuesta antitumoral.
Entre los tipos de cáncer que se pueden tratar con la inmunoterapia está el melanoma metastásico, el cáncer renal o de pulmón no microcítico, linfomas, cáncer de vejiga y cáncer de cabeza y cuello, así como el cáncer de mama triple negativo, por citar algunos ejemplos.
Algo crucial de entender de la inmunoterapia, es que, aunque puede ofrecer grandes resultados en algunos casos, no todos los pacientes son aptos para este tipo de tratamiento, también hay pacientes que requerirán combinación con otras terapias y también hay pacientes que no responderán o no son aptos para la inmunoterapia; la decisión del tipo de tratamiento a seguir será indicado por el médico oncólogo encargado del caso.
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Fuentes:
NIH, MedlinePlus, Scielo