El pectus excavatum, pecho hundido o tórax excavado es una deformidad torácica donde el esternón se encuentra deprimido hacia el interior del tórax y es la deformidad torácica congénita más frecuente.
El tórax
El tórax es una región anatómica que forma parte del esqueleto axial y se encuentra entre el cuello y el abdomen, el cual se encuentra compuesto por la caja torácica e incluye el esternón, las costillas y la columna torácica.
Dentro de esta cavidad se alojan órganos vitales como el corazón, los pulmones y grandes vasos sanguíneos como la aorta o la vena cava.
También el tórax contiene estructuras musculares, nerviosas y tejido conectivo que colabora en funciones vitales como la circulación sanguínea y la respiración.
Pecho hundido
El pecho hundido ocurre debido a un desarrollo anormal del cartílago que conecta las costillas con el esternón.
Aquí, el grado de hundimiento puede variar, en los casos leves la deformidad es principalmente estética, pero en los casos severos puede comprimir los órganos internos de la persona.
El impacto funcional varía en función al órgano. La compresión del corazón puede reducir la capacidad de bombeo y afectar la circulación sanguínea; mientras que en los pulmones puede limitar la capacidad pulmonar, provocando dificultad para respirar, especialmente al momento de realizar ejercicio.
Dentro de los síntomas de esta condición se encuentra dolor en el pecho, fatiga fácil, dificultad para respirar y palpitaciones.
Más allá del impacto físico que tiene esta condición, también puede ser acompañado de un impacto emocional al afectar la autoestima y calidad de vida de las personas, especialmente en la etapa de la adolescencia.
El diagnóstico del pectus excavatum se basa en un examen físico para evaluar la forma del pecho, con el apoyo de imágenes diagnósticas como radiografía, tomografía computarizada y resonancia magnética que ayudan a medir el grado de hundimiento y su impacto en los órganos internos.
También se puede requerir de pruebas funcionales como el ecocardiograma y la espirometría para evaluar la función cardíaca y pulmonar.
Tratamiento para pectus excavatum
El tratamiento del pectus excavatum depende de la gravedad de la condición, así como de los efectos que conlleva para la salud del paciente.
Dentro de las opciones están los tratamientos no quirúrgicos como ejercicios de fisioterapia para fortalecer los músculos torácicos y mejorar la postura, la terapia con campana de vacío que permite elevar de manera gradual el esternón, esto es especialmente útil en la infancia cuando los huesos son más flexibles.
En casos moderados o severos, sobre todo cuando hay compromiso funcional, la cirugía es una opción recomendada.
Los dos principales procedimientos son:
- Técnica de Nuss: enfoque mínimamente invasivo que consiste en insertar una o más barras metálicas curvadas por debajo del esternón para corregir la deformidad, suele retirarse entre dos a cuatro años después del procedimiento.
- Técnica de Ravitch: procedimiento más invasivo que implica la extirpación de cartílago deformado y la reposición del esternón, se utiliza en casos complejos o cuando la técnica de Nuss no es adecuada.
Aunque la mayoría de los pacientes que reciben tratamiento experimentan mejoras significativas en la función y apariencia del tórax, esto dependerá en gran medida de otros factores como la edad del paciente, la gravedad de la deformidad y el cumplimiento de las recomendaciones médicas.
El pectus excavatum es una condición que puede afectar tanto la salud física como emocional de aquellas personas que la han desarrollado. Un diagnóstico temprano y un manejo adecuado son clave para alcanzar los mejores resultados posibles.
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Fuentes:
MedlinePlus, Scielo, Cleveland Clinic
