Identificar qué es el síndrome metabólico es esencial para prevenir o tratar a tiempo situaciones que podrían poner en riesgo la salud de una persona.
El síndrome metabólico es una combinación de factores de riesgo, los cuales aumentan las probabilidades de desarrollar diferentes enfermedades como la diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares y otros trastornos de salud que son de gravedad.
Se caracteriza por múltiples alteraciones metabólicas como un aumento en la presión arterial, exceso de grasa abdominal, niveles anormales de azúcar en sangre y colesterol elevado.
Síndrome metabólico, síntomas
En términos generales no se presentan, en el síndrome metabólico, síntomas evidentes; pero las afecciones asociadas a él sí pueden mostrar signos específicos, y dentro de los más comunes están:
- Obesidad abdominal: este es uno de los indicadores más visibles del síndrome metabólico y se presenta ante la acumulación de grasa en la región abdominal.
- Hipertensión arterial: es común la presencia de presión arterial elevada en las personas que viven con síndrome metabólico; pero, con frecuencia, la misma hipertensión no muestra síntomas en un principio.
- Niveles de azúcar: una alta glucosa en ayunas o una hiperglucemia persistente también son indicadores importantes del síndrome metabólico; esta subida en los niveles de azúcar puede provocar a su vez fatiga, aumento de la sed o incremento en la necesidad de orinar.
- Desequilibrio de lípidos: la dislipidemia en la sangre, especialmente que haya niveles altos de triglicéridos y niveles bajos de colesterol HDL, son también signos del síndrome metabólico.
Algo a destacar es que cada uno de estos signos no son específicos al síndrome metabólico, y tampoco es necesario que todos se manifiesten juntos; por este motivo, para llegar al diagnóstico final es necesario que el médico solicite pruebas clínicas.
Síndrome metabólico, criterios
Para el síndrome metabólico, los profesionales de la salud cuentan con criterios que permiten identificar su presencia y su gravedad.
- Circunferencia de la cintura: hombres con una circunferencia mayor a 102 centímetros y mujeres con una circunferencia mayor a 88 centímetros.
- Niveles de triglicéridos: que los niveles estén igual o mayor a 150 mg/dL.
- Niveles de colesterol HDL: niveles en hombres menores a los 40 mg/dL y en mujeres menores de 50 mg/dL.
- Presión arterial: una presión arterial igual o superior a 130/85 mm Hg o requerir de medicación antihipertensiva.
- Niveles de glucosa: si el nivel de glucosa es igual o mayor a 100 mg/dL en ayunas o requerir de medicación para la hiperglucemia.
Cada uno de estos criterios mide un factor de riesgo clave que está asociado al desarrollo del síndrome metabólico, e identificar su presencia permite predecir riesgo de problemas cardiovasculares o metabólicos, lo que ayudará a los médicos a diseñar un plan de tratamiento.
Resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina es un mecanismo subyacente en el síndrome metabólico y uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de diabetes tipo 2 o algunas enfermedades cardiovasculares.
En esta condición las células del cuerpo no responden de manera adecuada a la insulina, que es una hormona producida por el páncreas y que permite que la glucosa en sangre ingrese a las células para ser utilizada como energía.
En una persona que presenta resistencia a la insulina, su páncreas intenta compensar produciendo más insulina, lo que resulta en un exceso de esta hormona en la sangre, que se conoce como hiperinsulinemia.
La hiperinsulinemia puede tener diversas consecuencias en el organismo como un aumento de la glucosa en sangre, disminución del metabolismo de las grasas, inflamación, estrés oxidativo e hipertensión.
Para tratar el síndrome metabólico se requiere reducir el riesgo de enfermedades asociadas, especialmente la diabetes y las cardiovasculares. Por este motivo se requiere de cambios en el estilo de vida, tratamiento farmacológico y un control regular por parte del especialista.
El síndrome metabólico es una combinación de factores de riesgo peligrosos que pueden llevar al desarrollo de diversas enfermedades crónicas de gravedad. Su prevención y tratamiento es esencial para evitar complicaciones futuras en la salud de las personas.
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Fuentes:
MedlinePlus, NIH, Scielo