La salud visual es algo de gran importancia y no solemos prestarle demasiada atención, damos por sentado que nuestros ojos funcionarán adecuadamente siempre en cualquier circunstancia, sin embargo, a nivel mundial, las afecciones oculares en el trabajo son uno de los tipos de lesiones comunes en el ámbito laboral, sea cual sea la naturaleza del trabajo que desempeñemos.
Evidentemente, existen trabajadores cuyas actividades resultan más riesgosas para su salud ocular, tales como las labores en entornos industriales, donde puede haber exposición a sustancias químicas, fragmentos de metal, soldadura, vidrio u otros materiales que pueden impactar en los ojos y producir lesiones corneales, o quemaduras por químicos abrasivos.
Asimismo, quienes trabajan a la intemperie tienen mayores riesgos de recibir algún cuerpo extraño en los ojos por efecto del viento o la lluvia, como partículas de polvo, arena o cristales, que provocarían el impulso de tallarse los ojos y provocar alguna lesión.
De igual manera, la gente que trabaja con lectores láser de códigos de barras, lámparas ultravioleta o que realice cualquier otra labor donde se utilice tecnología láser o radiación, está expuesta a que su vista sufra daños de consideración en caso de no utilizar equipo de seguridad visual o por no usarlo adecuadamente.
El caso de los trabajadores de oficina, a primera vista parece de bajo riesgo en cuanto a salud visual, pero la fatiga visual por el exceso de uso de pantallas electrónicas, ya sean computadoras, celulares o tablets, es un padecimiento que crece día con día, ya que prácticamente pasamos casi toda la jornada laboral observando alguna pantalla y cuando salimos del trabajo, seguimos viendo el celular o la televisión, por lo que nuestros ojos no tienen el descanso suficiente.
¿Cuáles son las afecciones oculares más comunes en el ámbito laboral?
En los entornos industriales, las afecciones oculares más frecuentes son las lesiones por golpes, cortes o heridas en la córnea, la conjuntiva o el globo ocular, que pueden producir úlceras corneales, hemorragias vítreas o desprendimiento de retina, entre otras.
Para los trabajadores expuestos a radiación ultravioleta, láser o soldadura, corren el riesgo de desarrollar cataratas, cáncer ocular o pterigión.
Si trabajas en una oficina, una alta exposición a las pantallas de dispositivos electrónicos te ocasionará fatiga visual, la cual puede generar conjuntivitis y queratitis, entre otros padecimientos.
La fatiga visual no suele tratarse porque los pacientes consideran que solo es el cansancio normal por estar con la vista enfocada en una pantalla durante muchas horas, pero no saben que permanecer con la vista fija y sin parpadeo adecuado, provoca resequedad en los ojos que puede desencadenar también en síndrome del ojo seco, enrojecimiento, ardor, alergias, problemas de concentración, jaqueca y disminución de la capacidad visual.
¿Cómo cuidar nuestra salud visual en el trabajo?
Dependiendo de la naturaleza de nuestro trabajo, las acciones preventivas varían, pero en todos los casos es necesario utilizar el equipo de seguridad y protección ocular recomendado.
En los ambientes industriales es indispensable la utilización de lentes de seguridad que protejan los ojos de cualquier lesión traumática o por efecto de sustancias químicas.
Si trabajas con fuentes de radiación ultravioleta o láser en sus diversas modalidades, es necesario que uses siempre unos lentes especiales que bloqueen este tipo de rayos.
En la oficina es necesario disminuir el tiempo de exposición a las pantallas electrónicas y tomar descansos oculares breves cada media hora, en los que debes parpadear y mover tus ojos.
También es importante que utilices lentes que no permitan el paso de los rayos ultravioleta, que ajustes al mínimo indispensable el brillo de tu pantalla, trabajes en un área bien iluminada y te pongas gotas lubricantes oftálmicas al menos tres veces al día.
Por último, para conservar tu salud visual debes acudir a revisión con un oftalmólogo dos veces al año o si padeces algún trastorno visual, deberás hacerlo cada dos o tres meses.
Fuentes:
quironprevencion, tuoptometrista, aao, opticaestaire, kraffeye, ilo