Sarpullido

25 de septiembre 2025

Dermatóloga revisando la evolución del sarpullido en la piel de un paciente que está sentado en su consultorio.

El sarpullido es una de las manifestaciones más comunes de que algo no anda bien en la piel, este es el órgano más grande del cuerpo humano y también uno de los más expuestos a factores externos como el clima, la radiación solar, los contaminantes ambientales, el sudor y los microorganismos.

Pero también puede reflejar alteraciones internas del organismo como reacciones alérgicas, infecciones o desequilibrios inmunológicos.

El sarpullido no es directamente una enfermedad, sino un síntoma que puede presentarse en diferentes contextos. Es un cambio visible y, en ocasiones, palpable, que puede incluir enrojecimiento, manchas, protuberancias, irritación o picazón.

La aparición de un sarpullido, especialmente acompañado de fiebre, dolor u otros síntomas, suele generar preocupación, pues puede estar vinculado a diversas condiciones que van desde algo tan simple como sudoración excesiva hasta enfermedades infecciosas de gravedad.

Enfermedades que producen sarpullido en la piel

El sarpullido puede tener múltiples orígenes, por lo cual es importante conocer la causa de su aparición para recibir el tratamiento médico adecuado. Es clave diferenciar cuando se trata de una reacción leve a algo que requiere atención médica.

Entre las diferentes causas de la aparición de un sarpullido están:

  • Alergias: las reacciones alérgicas son una de las causas más comunes de sarpullido. El contacto con ciertos alimentos, medicamentos, picaduras de insectos, metales o productos químicos pueden generar urticaria, esto son ronchas rojizas que producen picazón intensa.
  • Infecciones virales: muchos virus producen sarpullido como parte de su cuadro clínico, algunos de los más frecuentes son:
    • Varicela: caracterizada por pequeñas ampollas que se transforman en costras.
    • Sarampión: comienza con manchas rojas en el rostro, que posteriormente se extienden a lo largo del cuerpo.
    • Rubéola: provoca un sarpullido más tenue, acompañado de fiebre leve y malestar.
    • Mononucleosis infecciosa: puede generar erupciones tras la toma de cierto tipo de antibióticos.
    • VIH: en etapas tempranas de la infección puede aparecer un sarpullido generalizado, acompañado de otros síntomas como fiebre, dolor de garganta o cansancio.
  • Infecciones bacterianas: algunas bacterias pueden llegar a producir sarpullido:
    • Escarlatina: causada por estreptococo, genera un sarpullido rojizo y áspero.
    • Sífilis secundaria: pueden producir erupciones en tronco y extremidades, incluso en las palmas de las manos o en las plantas de los pies.
  • Enfermedades autoinmunes: patologías como el lupus eritematoso sistémico genera que el sistema inmune ataque tejidos propios, uno de los signos típicos es un sarpullido en forma de mariposa sobre las mejillas.
  • Dermatitis y eccemas: la dermatitis atópica o los eccemas de contacto son trastornos inflamatorios de la piel que generan enrojecimiento, descamación y sarpullido persistente, que suelen estar acompañados de picazón.
  • Hongos y parásitos: la tiña causa lesiones circulares con bordes rojo y descamación; mientras que la sarna produce sarpullido con intenso prurito, la sensación de picazón, especialmente en la noche.
  • Reacciones a medicamentos: algunos fármacos pueden llegar a desencadenar sarpullido como efecto secundario.

Las causas del sarpullido son variadas y pueden ir desde situaciones leves hasta algo potencialmente grave, por lo cual es importante no ignorar su aparición, sobre todo si está acompañado de otros síntomas.

Erupción cutánea

Aunque de manera cotidiana el término sarpullido y erupción cutánea son utilizados como sinónimos, realmente existen algunas diferencias sutiles entre ambos términos.

La erupción cutánea es un término médico que describe cualquier tipo de alteración visible en la piel como manchas, granos, ampollas, descamación, enrojecimiento o cualquier otro cambio en la textura y el color. Este es un concepto amplio que abarca múltiples causas.

Por otra parte, el sarpullido es una palabra coloquial empleada comúnmente para referirse a un conjunto de pequeñas lesiones rojizas que aparecen de forma repentina y generalmente asociadas con irritación, calor o alergias.

Por lo mismo, el sarpullido es una forma de erupción cutánea, pero no toda erupción cutánea se puede considerar sarpullido.

Sarpullido por calor

Uno de los tipos más frecuentes de sarpullido es el que se produce por exposición al calor y a la humedad, conocido también como miliaria o sarpullido por sudor.

El sarpullido por calor sucede cuando los conductos de las glándulas sudoríparas se obstruyen, impidiendo que el sudor salga de forma adecuada. Esto genera pequeñas lesiones rojizas o transparentes que causan picazón y ardor.

Generalmente el sarpullido por calor aparece en zonas donde la piel está más cubierta o expuesta a fricción como el cuello, pecho, espalda, axilas o pliegues cutáneos.

El sarpullido es un síntoma común que refleja múltiples procesos desde reacciones leves hasta enfermedades serias. Prestar atención a los cambios en la piel es fundamental ya que puede ser la primera señal de alerta de una enfermedad que requiere atención médica.

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Fuentes:
MedlinePlus, NIH, Kids Health

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    Ricardo Ostos

    Ricardo Ostos

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