Los trastornos mentales, mejor conocidos como trastornos psicológicos y trastornos psiquiátricos, son una alteración en los procesos emocionales, cognitivos o conductuales de una persona, que resultan en malestar significativo y afecta la capacidad del individuo para llevar una vida funcional.
Qué es un trastorno mental
Aunque la salud mental ha ganado visibilidad en las últimas décadas, aún persisten estigmas, confusiones y silencios relacionados a los trastornos mentales, a pesar de que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Un trastorno mental va más allá de simples variaciones de la experiencia humana como el estar triste, nervioso o feliz ante alguna situación; son condiciones clínicas que requieren atención profesional.
Los trastornos mentales pueden tener múltiples causas, incluyendo factores genéticos, desequilibrios bioquímicos, experiencias traumáticas, entorno social o una combinación de todos ellos. Con frecuencia, estas condiciones interfieren en la manera en que una persona piensa, siente, se comporta o se relaciona con los demás. Y el impacto que esto provoca puede ser desde situaciones leves hasta incapacitantes, afectando el rendimiento académico o laboral, las relaciones familiares y sociales e, incluso, la salud física.
Para llegar al diagnóstico de un trastorno mental se debe buscar atención profesional con un psicólogo clínico o psiquiatras; quienes podrán identificarlo a través de diversas entrevistas clínicas, evaluaciones psicológicas y criterios establecidos en diversos manuales como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) o la CIE-11 de la Organización Mundial de la Salud.
Tipos de trastornos mentales
La clasificación de los trastornos mentales es diversa, ya que incluye un amplio espectro de síntomas y niveles de gravedad, pero a grandes rasgos, estos se dividen en:
- Trastornos del estado de ánimo: afectan principalmente la manera en que una persona experimenta emociones.
- Depresión: es una forma de tristeza profunda, pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras, cambios en el apetito y el sueño, baja autoestima y puede llegar a haber pensamientos de muerte o suicidio.
- Trastorno bipolar: alterna episodios de depresión con períodos de manía, como euforia o hiperactividad; complementado con conductas impulsivas.
- Trastornos de ansiedad: involucran tanto miedo como ansiedad excesiva, que terminan interfiriendo con la vida cotidiana.
- Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): preocupación crónica y excesiva por diversos aspectos de la vida cotidiana.
- Trastorno de pánico: episodios repentinos de terror intenso, acompañados de otros síntomas físicos como sudoración, sensación de asfixia o taquicardia.
- Fobias: puede ser tanto fobias específicas como fobia social, que son miedos irracionales a objetos, situaciones o interacciones sociales.
- Trastornos psicóticos: impiden a la persona distinguir la realidad de la fantasía.
- Esquizofrenia: trastorno crónico que se caracteriza por alucinaciones, delirios, pensamientos desorganizados y alteraciones en el comportamiento.
- Trastorno esquizoafectivo: combina síntomas psicóticos como las alucinaciones o delirios, con trastornos del estado de ánimo como la manía o la depresión.
- Trastorno delirante: se caracteriza por la presencia de uno o más delirios persistentes, sin otras alteraciones psicóticas importantes.
- Trastornos de la conducta alimentaria: son alteraciones que afectan la relación de una persona con la comida, su cuerpo o la imagen corporal.
- Anorexia nerviosa: restricción alimentaria extrema, miedo intenso a subir de peso y una imagen corporal distorsionada.
- Bulimia nerviosa: episodios de atracones seguidos de conductas compensatorias como el vómito inducido o el exceso de ejercicio.
- Trastorno por atracón: consumo compulsivo de grandes cantidades de comida sin conductas purgativas posteriores.
- Trastornos de la personalidad: se caracterizan por patrones persistentes en el pensamiento, comportamiento y las emociones.
- Trastorno límite de la personalidad (borderline): se manifiesta con emociones intensas, miedo al abandono, impulsividad y relaciones inestables.
- Trastorno antisocial de la personalidad: falta de empatía, desprecio por las normas sociales y conductas manipuladoras o delictivas.
- Trastorno narcisista de la personalidad: necesidad excesiva de admiración, autoestima frágil y falta de empatía por los otros.
- Trastorno del neurodesarrollo: aparecen en la infancia y afectan el desarrollo cognitivo y social.
- Trastorno del espectro autista (TEA): dificultad en la comunicación social y patrones repetitivos de comportamiento.
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): problemas de atención, impulsividad e hiperactividad que interfieren en la vida diaria.
- Discapacidad intelectual: limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en las habilidades adaptativas.
- Trastornos relacionados con sustancias: el consumo de algunas sustancias como drogas o alcohol puede desencadenar trastornos mentales de gravedad como dependencia, abstinencia o la aparición de síntomas psicóticos inducidos por sustancias.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): aparecen después de vivir o presenciar un evento traumático, entre los síntomas pueden presentarse recuerdos intrusivos, pesadillas, hipervigilancia y evitación de lugares o situaciones relacionadas con el trauma.
Estos son sólo algunos ejemplos de los diferentes tipos de trastornos mentales.
Importancia de la salud mental
En realidad, la salud mental no solamente es la ausencia de enfermedades mentales, sino es más un estado de bienestar emocional, psicológico y social que permita a una persona enfrentar los retos de la vida, trabajar productivamente y mantener relaciones saludables.
Los trastornos mentales representan una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, un ejemplo de esto es la depresión; por otra parte, los trastornos mentales no tratados pueden tener consecuencias de gravedad que incluyen el aislamiento social, la pérdida del empleo, el abuso de sustancia, la violencia y el suicidio.
La prevención, diagnóstico temprano y tratamiento oportuno de los trastornos mentales puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de la persona que lo ha desarrollado, así como de sus familiares y amigos.
Aunque los tratamientos varían en función al tipo de trastorno, así como su grado de intensidad, suelen incluir psicoterapia, medicamentos, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, hospitalización.
Los trastornos mentales son condiciones médicas reales que requieren el mismo tiempo de atención que cualquier otra enfermedad.
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Fuentes:
OMS, MedlinePlus, MSD Manuals