Las urgencias pediátricas, una subespecialidad de urgencias, engloban diferentes situaciones médicas que requieren de atención inmediata a los niños o adolescentes. Debido a que estas situaciones pueden ocurrir en cualquier momento del día, dentro del área de urgencia existe pediatra 24 horas específicamente para estas situaciones.
Qué son las urgencias pediátricas
Las emergencias pediátricas pueden surgir por accidentes, enfermedades repentinas o la exacerbación aguda de alguna enfermedad crónica. Debido a que los pacientes pediátricos cuentan con particularidades específicas en su anatomía, psicología y fisiología, su abordaje médico será diferente al de un adulto.
Dentro de estas diferencias se incluye que cuentan con un sistema inmunológico inmaduro, vías respiratorias más estrechas, más superficie corporal en relación a su peso, lo que permite que la progresión de las enfermedades sea más rápida en los niños y, por ende, potencialmente más graves.
Otro elemento importante que se considera en las urgencias pediátricas, es que con frecuencia estos pacientes no son capaces de expresar con claridad sus síntomas o el dolor que están presentando; esto es una dificultad al momento de lograr una correcta evaluación clínica.
Existen diferentes tipos de urgencias pediátricas, en función a su naturaleza:
- Traumatismo: con frecuencia los niños, ya sea por curiosidad o por su actividad física, son propensos a accidentes como caídas, fracturas, quemaduras o golpe en la cabeza.
- Infecciones: existen múltiples zonas donde se pueden desarrollar infecciones virales o bacterianas, unas más graves que otras; como las infecciones respiratorias, infecciones gastrointestinales o infecciones urinarias.
- Problemas respiratorios: las dificultades respiratorias son frecuentes en la infancia y se pueden presentar como infecciones virales o ataque de asma.
- Convulsiones: existen múltiples causas que pueden desencadenar una convulsión como fiebre alta conocida como convulsión febril, epilepsia o trastornos metabólicos.
- Intoxicaciones: debido a la curiosidad natural de los niños pequeños, es posible que ingieran productos tóxicos como medicamentos, productos de limpieza o plantas.
Qué se hace en urgencias pediátricas
La atención que se hace por parte del pediatra de urgencias es amplia, y forma parte de un protocolo específicamente diseñado para abordar las características únicas de los niños. Este proceso suele incluir diferentes etapas:
- Evaluación inicial: una vez que el paciente pediátrico ha ingresado a urgencias, se realizará una evaluación rápida para determinar la gravedad de la condición, esto se realiza a través de un sistema de triage o triángulo de evaluación pediátrica para evaluar los signos vitales y conocer la impresión general de la condición clínica.
- Tratamiento y estabilización: posterior al triage, se tiene como objetivo principal estabilizar al paciente y puede requerir de la administración de oxígeno, de líquidos intravenosos o el uso de medicamentos para controlar los síntomas.
- Diagnóstico: una vez que se ha estabilizado el paciente de manera inicial, buscará realizar pruebas diagnósticas para identificar la causa subyacente de esta emergencia. Aquí se puede requerir el apoyo de radiografías, análisis de sangre, tomografías computarizadas o electrocardiogramas; la elección de cuál se emplea es en función a la sospecha clínica.
- Derivación o alta: cuando se ha llegado a un diagnóstico correcto y, en función a la respuesta del tratamiento, el paciente pediátrico puede ser dado de alta o ser derivado a una unidad de cuidados intensivos, al área de cirugía o con algún especialista, de acuerdo con cada caso.
Como una situación de urgencia puede tener múltiples caminos a seguir, es importante que se trabaje de manera conjunta con las áreas de pediatría en un hospital; además de contar con acciones de enfermería en urgencias pediátricas especializadas en conocer las características de los pacientes pediátricos.
Triángulo pediátrico
El triángulo pediátrico, correctamente llamado triage, es una herramienta de evaluación rápida que se emplea en el manejo de urgencias y permite determinar la estabilidad de un niño en cuestión de segundos, que pueden ser vitales en esta área de atención.
En función a las características que identifiquen, se puede sospechar si el niño está gravemente enfermo, estable o con riesgo inminente de deterioro.
El triage se divide en tres áreas claves:
- Apariencia: la apariencia del niño proporciona indicios importantes sobre su estado cardiovascular y neurológico. Aquí se evalúa si se encuentra alerta, si interactúa de una forma adecuada en relación a su edad, si tiene tono muscular normal o si responde a los estímulos.
- Esfuerzo respiratorio: se analiza si hay dificultad respiratoria y si se presentan signos como retracciones que es el hundimiento de los músculos entre las costillas al momento de respirar, si hay aleteo nasal, respiración ruidosa con estridor o sibilancia, o el uso de músculos accesorios que son los músculos entre las costillas.
- Circulación: aquí se analiza la perfusión cutánea como indicador del estado circulatorio del niño. La presencia de palidez, coloración azulada en la piel conocida como cianosis o llenado capilar prolongado pueden indicar un shock o un compromiso cardiovascular grave.
El triage de urgencias pediátricas se realiza sin equipo médico y proporciona una imagen inmediata del estado del niño, lo que puede marcar la diferencia en el pronóstico.
Ante todas estas características, las urgencias pediátricas requieren de atención especializada, rápida y eficiente.
Pediatra urgencias cerca de mi
En el área de Urgencias del Centro Médico ABC contamos con un equipo de especialistas en urgencias pediátricas, altamente capacitados y dedicados a ofrecer atención integral y personalizada para todas tus urgencias pediátricas.
Nuestros urgenciólogos pediatras en CDMX están comprometidos con tu bienestar y utilizan la última tecnología y los tratamientos más avanzados para gestionar condiciones como traumatismos, intoxicación, problemas respiratorios o más.
