La cisticercosis es una enfermedad parasitaria, infección por tenia, que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente en aquellas regiones donde las condiciones sanitarias son precarias.
Qué es cisticercosis
La cisticercosis se presenta cuando una persona ingiere los huevos del parásito Taenia solium, los cuales se encuentran en alimentos y agua contaminada con heces humanas.
Los huevos liberan larvas que atraviesan la pared intestinal y se diseminan por el torrente sanguíneo hacia diferentes órganos o tejidos, en los cuales forman quistes larvarios que se conocen como cisticercos.
Estos quistes pueden desarrollarse en los músculos, ojos, piel e incluso en el cerebro, causando diferentes síntomas en función al área donde se ubiquen.
En caso de que estos quistes se desarrollan en el cerebro, se llama a la enfermedad neurocisticercosis y es un padecimiento preocupante.
Cisticercosis síntomas
Los síntomas de la cisticercosis dependen de la ubicación, tamaño, número de quistes y la respuesta inmunitaria del hospedador.
La cisticercosis muscular suele ser asintomática, aunque es posible que algunas personas presentan dolor muscular, nódulos subcutáneos y miopatía inflamatoria.
La cisticercosis ocular afecta los ojos y puede resultar en visión borrosa o la pérdida de la visión, dolor ocular e inflamación del ojo; en casos graves la ceguera puede ser irreversible.
La neurocisticercosis puede desarrollar diversos síntomas, en función al área del cerebro que se vea afectada. Pero se pueden presentar convulsiones que es la manifestación más frecuente e incluso ser la única manifestación. También pueden presentarse cefalea, hidrocefalia que es la acumulación de líquido cefalorraquídeo, alteraciones neurológicas focales que debilitan o provocan la pérdida de la función de una parte del cuerpo; en casos graves puede haber deterioro cognitivo que se presenta con pérdida de la memoria, confusión y cambios en la personalidad.
Cisticercosis cerebral, tiene cura
La cisticercosis cerebral es una condición tratable, aunque el éxito del tratamiento dependerá de varios factores como el número de quistes, su ubicación y el estado clínico del paciente.
El enfoque terapéutico puede incluir el uso de antiparasitarios para eliminar los quistes larvarios, el uso de corticoesteroides para reducir la inflamación cerebral y prevenir que empeoren los síntomas, los anticonvulsivantes se emplean en aquellos pacientes que hayan presentado crisis convulsivas recurrentes.
En algunos casos puede ser necesario extraer los quistes mediante procedimientos quirúrgicos.
Después del tratamiento, algunos pacientes pueden requerir seguimiento a largo plazo debido a las secuelas neurológicas como la epilepsia postinfecciosa o el deterioro cognitivo.
Para prevenir esta infección parasitaria es esencial implementar medidas sanitarias adecuadas como el consumo de agua potable, una buena higiene personal, cocción adecuada de las carnes, y una buena educación sanitaria.
Aunque la cisticercosis es una enfermedad parasitaria compleja, un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno ayuda a controlar y curar muchas de sus manifestaciones.
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Fuentes:
CDC, OMS, Secretaría de Salud
