Hiperuricemia

20 de diciembre 2024

Radiografía de pies de una persona que presenta hiperuricemia y que ha desarrollado gota en uno de los dedos gordos de su pie

La hiperuricemia es un trastorno metabólico que cada vez se presenta con mayor frecuencia en la población general y su importancia radica en las complicaciones que puede desencadenar si no se diagnostica o trata adecuadamente.

Qué es hiperuricemia

La hiperuricemia se define como un aumento anormal de los niveles de ácido úrico en la sangre, generalmente por encima de 6.8 mg/dL (miligramos por decilitro).

El ácido úrico es un producto final del metabolismo de las purinas, compuesto que está presente en algunos alimentos y tejidos del cuerpo.

De manera normal, el ácido úrico se elimina a través de la orina, pero cuando hay un desequilibrio entre su producción y eliminación, los niveles en sangre se incrementan.

Dentro de las causas más comunes de hiperuricemia están:

  • Producción excesiva: puede ocurrir debido a dietas ricas en purinas como las carnes rojas, mariscos y el alcohol o por condiciones como la quimioterapia que destruyen de manera rápida las células, lo que libera purinas al torrente sanguíneo.
  • Eliminación deficiente: esto está asociado con enfermedades renales y el uso de algunos medicamentos como los diuréticos y también algunos desórdenes metabólicos pueden producirlo.
  • Factores genéticos: existe la predisposición hereditaria a la hiperuricemia, debido a alteraciones enzimáticas o renales.

Ácido úrico, síntomas

Es común que una persona con hiperuricemia no presente síntomas evidentes, por lo que se puede considerar una condición asintomática. Pero en ocasiones, los niveles elevados de ácido úrico pueden provocar diversos problemas de salud en caso de no controlarse:

  • Gota: es la manifestación clínica más conocida de la hiperuricemia y ocurre cuando los cristales de urato monosódico se depositan en las articulaciones generando inflamación y dolor intenso, es muy frecuente en el dedo gordo del pie, pero puede desarrollarse también en tobillos, rodillas, manos y codos.
  • Nefrolitiasis: la acumulación de cristales en el sistema urinario puede formar cálculos renales, causando dolor lumbar, hematuria o sangrado al orinar y obstrucción urinaria.
  • Daño renal: la hiperuricemia crónica puede contribuir al deterioro de la función renal agravando condiciones preexistentes como insuficiencia renal.
  • Manifestaciones cutáneas: en casos severos se pueden formar tofos gotosos, que son masas de cristales de ácido úrico visibles debajo de la piel, depositados, por lo general, alrededor de las articulaciones o en los tejidos blandos.
  • Malestar general: fatiga, fiebre baja o sensación de rigidez en las articulaciones pueden estar presentes durante los episodios agudos.

Hiperuricemia, tratamiento

En la hiperuricemia, el tratamiento tiene como objetivo principal reducir los niveles de ácido úrico en la sangre para prevenir sus complicaciones. Para esto se emplean estrategias terapéuticas que incluyen cambios en el estilo de vida, manejo farmacológico y, de ser necesario, tratamiento de las complicaciones asociadas.

Dentro de los cambios en el estilo de vida se debe de adoptar una dieta balanceada que limite el consumo de alimentos ricos en purinas y de bebidas azucaradas. Además es recomendable aumentar la ingesta de frutas, verduras y lácteos bajos en grasa para ayudar a disminuir los niveles de ácido úrico.

La hidratación adecuada es esencial, ya que beber suficiente agua favorece la eliminación del ácido úrico a través de la orina y reduce el riesgo de formación de cálculos renales.

Evitar el sedentarismo y controlar el peso corporal también son medidas importantes a seguir.

El tratamiento farmacológico se indica en pacientes que han desarrollado hiperuricemia sintomática o que tienen alto riesgo de complicaciones; para esto se emplean inhibidores de la xantina oxidasa que ayudan a disminuir la producción de ácido úrico al inhibir la enzima responsable de su síntesis. Los uricosúricos aumentan la excreción de ácido úrico por los riñones, una medida que ayuda a reducir su concentración en sangre.

Es posible que en los episodios agudos de gota se empleen agentes antiinflamatorios para aliviar el dolor y la inflamación

En los casos más complicados o avanzados, el tratamiento se enfoca en abordar cada condición específica como por ejemplo eliminar los cálculos renales mediante litotricia o cirugía; o el apoyo de intervención quirúrgica para evitar deformidades por causa de los tofos gotosos.

El monitoreo regular es crucial para el manejo de la hiperuricemia, así que se requiere de controles periódicos de los niveles de ácido úrico y evaluar la función renal para ir ajustando el tratamiento de acuerdo a la respuesta del paciente.

La hiperuricemia es un trastorno multifacético que puede permanecer asintomático por largos periodos de tiempo, o también puede manifestarse con complicaciones de gravedad. En caso de experimentar síntomas relacionados al ácido úrico elevado o contar con antecedentes familiares de esta condición, es importante buscar atención médica especializada para llegar a un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.

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Fuentes:
MedlinePlus, Cigna, MSD Manuals

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    Ricardo Ostos

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