Los parásitos intestinales son organismos que viven en el intestino de los seres humanos y dependen de éstos para su supervivencia, causando diversos grados de daño al hospedador.
Se dividen en dos grupos, por un lado, están los protozoarios que son organismos unicelulares, y por el otro lado, están los helmintos que son organismos multicelulares, como la infección por gusanos intestinales.
Este tipo de parásitos pueden infectar a personas de todas las edades y en cualquier parte del mundo, aunque es más frecuente en áreas con condiciones sanitarias deficientes.
La transmisión de los parásitos intestinales ocurre principalmente por la ingesta de alimentos o agua contaminada, por el contacto con superficies infectadas y, en algunos casos, a través de vectores como insectos. También hay la posibilidad de que se transmita de persona a persona, esto es más frecuente en entornos donde la higiene personal es inadecuada.
Síntomas de parásitos intestinales
Los síntomas de parásitos intestinales variarán en función al tipo de parásito, a la carga parasitaria y al estado de salud del hospedador. Algunos individuos pueden ser asintomáticos, mientras que otros pueden llegar a presentar manifestaciones severas. Los síntomas más comunes son:
- Dolor abdominal que puede ser difuso o localizado, con intensidad variable.
- Diarrea frecuentemente acompañada de moco o sangre.
- Debido a la irritación del sistema digestivo puede haber náuseas y vómitos.
- Pérdida de peso que ocurre ante la disminución de la absorción de nutrientes.
- Fatiga y debilidad a consecuencia de esta misma mala absorción de nutrientes.
- Es común que haya picazón anal o perianal en infecciones por oxiuros.
- Hinchazón abdominal debido a la acumulación de gases.
Parásitos intestinales en adultos
En los adultos, las infecciones parasitarias suelen relacionarse con la ingesta de alimentos o agua contaminados y el contacto con superficies sucias. Entre los parásitos más comunes en esta población se encuentran Giardia lamblia, Entamoeba histolytica, y los helmintos como Ascaris lumbricoides y Tenia solium.
El dolor abdominal, diarrea, fatiga, pérdida de peso y deficiencias nutricionales son los síntomas más frecuentes, pero es posible que en casos crónicos se desarrolle anemia y afecciones en el sistema inmunológico.
Los viajes a áreas endémicas, el saneamiento deficiente y el contacto con personas infectadas son causas frecuentes del contagio.
Para su diagnóstico suele requerir de muestras fecales y los antiparasitarios son el medicamento que se emplea, aunque el subtipo dependerá del tipo de parásito.
Parásitos intestinales en niños
En los niños, las infecciones parasitarias son más frecuentes debido a la tendencia de explorar su entorno, el hábito de llevarse las manos u objetos a la boca y la exposición a ambientes poco higiénicos; los parásitos que comúnmente afectan a esta población son Enterobius vermicularis (lombrices), Giardia lamblia y Ascaris lumbricoides.
En el caso del Enterobius vermicularis puede presentarse picazón anal, y en general la diarrea, irritabilidad, pérdida del apetito y retraso en el crecimiento por la mala absorción de nutrientes son síntomas que se relacionan a esta etapa de la vida y los parásitos intestinales.
Una higiene adecuada, el lavado de manos frecuentes, consumo de agua potabilizada y la desparasitación periódica son medidas clave para evitar estas infecciones.
Generalmente el tratamiento suele ser sencillo y efectivo, donde se emplean medicamentos antiparasitarios para eliminar las infecciones parasitarias.
Sin importar si hay síntomas o se presentan de manera asintomática, es importante identificar la presencia de parásitos intestinales para recibir la atención adecuada, antes de que las secuelas se vuelvan una situación de gravedad.
En el área de Medicina Interna del Centro Médico ABC te podemos dar atención especializada ¡Contáctanos!
Fuentes:
Cleveland Clinic, OMS, Scielo
