En el ataque de pánico, síntomas como taquicardia, dificultad para respirar o, incluso, dolor, son perceptibles lo que provoca que su aparición sea abrumadora para la persona que lo está presentando.
Qué es un ataque de pánico
El ataque de pánico es la manera en la que se conoce a la crisis de angustia, que se define como un episodio repentino de miedo intenso o malestar que alcanza su pico en minutos y se acompaña de síntomas físicos y psicológicos.
En el ataque de pánico, los síntomas suelen surgir de forma inesperada, aunque en algunos casos pueden desencadenarse por situaciones específicas o estresores identificables; pero es crucial identificar un ataque de pánico de otras condiciones médicas con signos similares, como los problemas cardíacos.
Cómo son los ataques de pánico
En el ataque de pánico, los síntomas característicos se presentan de forma abrupta, los que en conjunto generan una sensación de peligro inminente y, a menudo, no hay una causa real para esto.
Los síntomas pueden ser tanto físicos como emocionales y alcanzan una intensidad máxima de unos 10 minutos, aunque es posible que lleguen a los 30 minutos.
Síntomas físicos:
- Palpitaciones cardíacas: sensación de que el corazón late muy rápido o muy fuerte.
- Problemas para respirar: puede percibirse una falta de aire o hasta una sensación de ahogo.
- Dolor: llega a haber una molestia en el pecho que comúnmente se confunde con un infarto.
- Sudoración excesiva: se suda en exceso, pero sin relacionarse a la presencia de calor o a haber realizado esfuerzo físico.
- Temblor: las manos, piernas u otras partes del cuerpo tiemblan.
- Náuseas: sensación de malestar estomacal.
- Mareo: sensación de pérdida del equilibrio o desvanecimiento.
- Escalofríos: cambios repentinos de temperatura corporal.
- Sensación de hormigueo: especialmente en el área de cara, pies o manos.
Síntomas emocionales:
- Miedo a perder el control: hay una sensación de desconexión con la realidad y un temor a “volverse loco”.
- Miedo: una percepción inminente de peligro mortal.
- Desrealización: el entorno se percibe como algo extraño o irreal.
- Despersonalización: se tiene la sensación de estar separado del propio cuerpo, como si todo se estuviera viendo desde fuera.
Aunque un ataque de pánico suele ser impredecible, existen algunos factores que aumentan el riesgo de presentarlos como el estrés crónico, trastornos de ansiedad generalizados, las fobias, el consumo excesivo de cafeína o de sustancias estimulantes, cambios hormonales o problemas de salud, historial de ansiedad u otros ataques de pánico.
Aunque se puede percibir de manera aterradora, es común que una persona llegue a experimentar su primer ataque de pánico en situaciones de alto estrés o durante cambios significativos en su vida.
Tratamientos para ataque de pánico
Para los tratamientos de ataque de pánico se requiere de un enfoque multidisciplinario que incluya terapia psicológica, medicación y cambios en el estilo de vida. La clave está en buscar ayuda profesional para abordar tanto los síntomas inmediatos como la prevención a largo plazo.
En la terapia psicológica, con frecuencia se emplea la terapia cognitivo-conductual, este enfoque ayuda a las personas a identificar o cambiar patrones de pensamiento que generan ansiedad, aprender técnicas de relajación y respiración para manejar los síntomas.
En algunos casos, es posible requerir el apoyo farmacológico con antidepresivos o medicamentos que ayuden a reducir la ansiedad.
Los cambios en el estilo de vida son fundamentales y pueden incluir practicar ejercicio de manera regular, así como técnicas de relajación, evitar el consumo de estimulantes, llevar una adecuada salud del sueño y descanso y una alimentación balanceada.
En un ataque de pánico, experimentar sus síntomas puede ser una situación angustiante, pero es importante recordar que no representa una amenaza grave para la persona. Sin embargo, si estos ataques son frecuentes o llegan a interferir con la vida diaria, es crucial buscar ayuda de un profesional de la salud mental.
En el ataque de pánico, los síntomas físicos y emocionales pueden afectar a la persona si no se tratan de manera adecuada. Buscar apoyo con un especialista es esencial para evitar que estos síntomas se agraven o que se presenten con frecuencia.
En el Centro Neurológico del Centro Médico ABC te podemos dar atención especializada ¡Contáctanos!
Fuentes:
Cigna, MSD Manuals, UNICEF