El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) puede afectar el rendimiento y desempeño laboral, especialmente si los síntomas no son tratados por un especialista. Sin embargo, es importante resaltar que personas con esta condición cuentan con fortalezas particulares, que bien encauzadas, pueden resultar una ventaja competitiva para cualquier empresa.
Entre estas fortalezas se encuentran la capacidad para lidiar con situaciones de crisis y de asumir riesgos, la espontaneidad y flexibilidad, la energía inagotable y la creatividad, la habilidad de enfocarse en los detalles y la motivación para lograr metas en el corto plazo que les resulten atractivas y retadoras.
Por desgracia, pesan más los contras que los pros, por lo que las agencias o áreas de reclutamiento de talento humano no se arriesgan a contratar a personas con TDHA, pues en una entrevista de trabajo suelen mostrar ciertos rasgos que llaman la atención, como distraerse con facilidad, divagar o evadir preguntas.
Asimismo, les resulta difícil completar los documentos y requisitos solicitados, mermando su capacidad de obtener un puesto de trabajo, principalmente porque se desconocen las ventajas competitivas de alguien con TDAH, sobre todo, cuando están motivadas y se les permite hacer uso de su creatividad y energía.
Retos para una persona con TDHA en el ámbito laboral
A quienes padecen TDAH les cuesta mucho trabajo organizarse y administrar el tiempo de manera eficiente, suelen aburrirse con facilidad en tareas monótonas y repetitivas, sentirse desmotivados o frustrados al limitar su creatividad y capacidad de acción.
De igual modo, se les dificulta escuchar a los demás en una reunión de trabajo y cumplir con las fechas de entrega, aunado a su inquietud, impaciencia, irritabilidad y baja tolerancia a la frustración. Su falta de atención les dificulta memorizar cosas y concluir proyectos.
Suelen llevar a cabo diversas actividades al mismo tiempo de manera constante porque les gusta mantenerse ocupados, aunque eso signifique trabajar muchas horas, convirtiéndolos en adictos al trabajo, lo que puede desgastarlos física y emocionalmente.
Las personas con TDHA, por lo general, hablan muy rápido y de forma desorganizada. Actúan sin pensar, perdiendo regularmente el control de las situaciones. Suelen ser inestables, por lo que cambian constantemente de trabajo.
Son incapaces de mantenerse sentados y tranquilos en juntas de trabajo, proyectando una imagen de falta de seriedad, además de que pueden mostrar conductas extrovertidas e inapropiadas.
Por otro lado, para cumplir con sus funciones, suelen trabajar en horarios fuera de lo normal, es decir, se presentan muy temprano o salen muy tarde, lo que puede afectar su salud mental, así como sus relaciones familiares y sociales.
De qué forma las personas con TDHA pueden mejorar su desempeño laboral:
Solicita siempre el apoyo de un especialista para poder controlar los síntomas y mejorar el rendimiento laboral.
Establece rutinas diarias y utiliza agendas, listas de tareas y recordatorios visuales y auditivos para tratar de mantenerte al día con tus responsabilidades laborales.
Utiliza herramientas para gestionar mejor el tiempo a fin de mantenerte concentrado y aumentar tu productividad.
Identifica y contrarresta en la medida de lo posible los distractores externos del ambiente de trabajo.
Busca técnicas de automotivación y concentración.
Comunica a tus compañeros de trabajo y superiores lo que deben saber acerca del TDHA, expresando tus necesidades particulares.
Aprende técnicas de respiración y meditación para que sepas cómo relajarte y enfocarte en lo que necesites.
Fuentes:
psiquiatria, psychologytoday, ibero, mayoclinic, magazine.medlineplus, msdmanuals