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¿Qué es una pericardiocentesis?

28 de octubre 2025

Dibujo que representa cómo se realiza la pericardiocentesis con ecocardiograma para extraer el líquido pericárdico que se está almacenando en el corazón.

La pericardiocentesis surge como un procedimiento de urgencia y de gran valor diagnóstico y terapéutico para el corazón. Este órgano trabaja de manera incesante para mantener el flujo sanguíneo que nutre todos los tejidos del cuerpo.

Alrededor del corazón hay una fina capa protectora conocida como pericardio, que es una membrana para reducir la fricción durante los movimientos cardíacos y mantener al corazón en su posición dentro del tórax.

Pero cuando se acumula líquido en este espacio, de manera anormal, la función cardíaca puede verse comprometida, generando un cuadro clínico potencialmente grave que se conoce como derrame pericárdico, que en casos de gravedad puede evolucionar a un taponamiento cardíaco.

La pericardiocentesis es un procedimiento invasivo que puede llegar a salvar la vida del paciente cuando se realiza en un momento oportuno y bajo las condiciones adecuadas.

Qué es pericardiocentesis

La pericardiocentesis es un procedimiento médico que consiste en la aspiración del líquido contenido en el espacio pericárdico, generalmente a través de la inserción de una aguja o catéter a través de la pared torácica.

Este procedimiento puede realizarse tanto de manera terapéutica, para aliviar la presión que el líquido ejerce sobre el corazón, como de manera diagnóstica, debido a que el análisis de líquido pericárdico obtenido puede ayudar a identificar la causa del mismo derrame pericárdico.

De manera general, el espacio pericárdico suele contener entre 15 a 50 mililitros de líquido seroso, que actúa como lubricante entre las dos capas del pericardio, la capa visceral y la capa parietal.

Se puede llegar a acumular un volumen excesivo de líquido pericárdico por múltiples causas como inflamación, infecciones, traumas o neoplasia; pero esto se traduce en que se altera la capacidad del corazón para llenarse adecuadamente durante la diástole, la fase de relajación del corazón. Esto puede comprometer el gasto cardíaco y, en caso más graves, poner en riesgo la vida del paciente.

La pericardiocentesis se realiza con diferentes abordajes, aunque los abordajes más comunes son:

  • Abordaje subxifoideo: es el abordaje clásico y se realiza a través de la piel, por debajo del proceso xifoideo, que es el extremo inferior del esternón.
  • Abordaje apical: la aguja es insertada en el ápice del corazón, permite drenar derrames que se localizan posterolateralmente o que se han extendido a la porción anterolateral del ventrículo izquierdo.
  • Abordaje paraesternal: aquí la aguja se inserta en la región paraesternal, es la menos utilizada de las tres variantes, pero las técnicas ecográficas lo están volviendo un abordaje con mayor seguridad.

Este proceso se realiza bajo guía ecocardiográfica o fluoroscópica para lograr una mejor precisión y reducir complicaciones. Pero, en caso de emergencias, la pericardiocentesis se puede realizar de manera inmediata, esto es más frecuente cuando existe taponamiento cardíaco agudo.

Más allá del taponamiento cardíaco agudo, o subagudo, la pericardiocentesis se suele indicar cuando hay derrame pericárdico con compromiso hemodinámico, derrames persistentes, complicaciones posquirúrgicas o secundarias a un trauma torácico, así como infecciones o neoplasias que llegan a afectar al pericardio.

Dentro de las precauciones que el especialista debe tener en cuenta al momento de realizar una pericardiocentesis está considerar situaciones que aumenten el riesgo de complicaciones como las coagulopatías severas, trombocitopenia, infecciones locales o disección aórtica; la presencia de esto generará que la decisión se individualice y valore cuidadosamente.

Actualmente, el uso del ecocardiograma en tiempo real ha ayudado a reducir de manera significativa las complicaciones que se pudieran presentar en este procedimiento, incrementando la tasa de éxito.

Derrame pericárdico

Se llama derrame pericárdico a la acumulación anormal de líquido en el espacio pericárdico y puede ser una condición que se desarrolla de manera lenta, pasando inadvertida durante semanas o meses; o presentarse de manera súbita tras un evento agudo, como es el caso de un infarto o de un traumatismo.

La gravedad del derrame dependerá del volumen de líquido pericárdico y de la velocidad a la que se está acumulando.

Causas del derrame pericárdico

Existen múltiples causas que pueden desarrollar un derrame pericárdico y se pueden clasificar en cuatro grandes grupos:

  • Inflamatorias o infecciosas: a raíz de pericarditis viral, bacteriana o tuberculosa.
  • Neoplásicas: metástasis de cáncer de pulmón, mama o por linfomas.
  • Metabólicas y sistémicas: condiciones como insuficiencia renal, hipotiroidismo o enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico.
  • Posquirúrgicas o traumáticas: posterior a cirugías cardíacas o traumatismos torácicos.

En ocasiones el derrame pericárdico es idiopático, esto significa que no se logra identificar una causa específica para su desarrollo, incluso tras la evaluación diagnóstica completa.

¿Cuáles son los síntomas de un derrame pericárdico?

Los síntomas variarán en función a la rapidez con la que se está acumulando el líquido. En casos leves o crónicos el paciente puede ser asintomático. Pero cuando el líquido se acumula de manera rápida se puede desarrollar:

  • Disnea, dificultad para respirar.
  • Dolor torácico que mejora al inclinarse hacia adelante.
  • Fatiga y debilidad general.
  • Tos seca persistente.
  • Sensación de plenitud torácica o palpitaciones.

En la exploración física se pueden detectar ruidos cardíacos apagados, ingurgitación yugular y pulso paradójico, que es la disminución de la presión arterial al momento de la inspiración; todos estos signos pueden sugerir la presencia de un taponamiento cardíaco.

Taponamiento cardiaco pericardiocentesis

El taponamiento cardíaco es la complicación más común, surge como una complicación de mayor gravedad del derrame pericárdico y constituye una emergencia médica. Sucede cuando la acumulación de líquido centro del saco pericárdico ejerce una presión suficiente para impedir el llenado normal de las cavidades cardíacas, lo que reduce el gasto cardíaco y genera un shock potencialmente fatal.

Debido al taponamiento cardíaco los síntomas incluyen disnea intensa, ansiedad, dolor o presión torácica, hipotensión arterial, taquicardia, distensión venosa yugular y los ruidos cardíacos apagados.

A la combinación de hipotensión, ruidos apagados e ingurgitación yugular se le conoce como tríada de Beck.

Existen diversas herramientas para el diagnóstico tanto del derrame pericárdico y del taponamiento cardíaco. Entre las herramientas que se emplean están:

  • Ecocardiograma: es el método de elección. Permite visualizar el líquido, estimar su volumen y evaluar el impacto hemodinámico sobre las cavidades cardíacas.
  • Electrocardiograma: puede mostrar voltajes bajos o cambios eléctricos alternantes.
  • Radiografía de tórax: en derrames grandes, puede observarse una silueta cardíaca aumentada de tamaño (“en forma de garrafa”).
  • Tomografía computarizada o resonancia magnética cardíaca: útiles para identificar causas estructurales o neoplásicas.
  • Análisis del líquido pericárdico: obtenido mediante pericardiocentesis, ayuda a determinar si el derrame es exudado o trasudado, y orienta hacia la etiología subyacente.

Específicamente al momento de hablar del taponamiento cardíaco el diagnóstico requiere de un ecocardiograma urgente, que muestra colapso diastólico de las cavidades derechas y una acumulación significativa del líquido pericárdico.

La pericardiocentesis de emergencia es el tratamiento de elección en el taponamiento cardíaco. Como objetivo busca aliviar la presión intrapericárdica, restableciendo la función cardíaca normal.

Tras la extracción del líquido, este se debe analizar para determinar su naturaleza y causa. En caso de que el derrame sea recurrente o esté asociado a procesos neoplásicos o inflamatorios crónicos puede requerirse una ventana pericárdica quirúrgica o un drenaje pericárdico prolongado.

La pericardiocentesis es un procedimiento de gran relevancia en cardiología. Su adecuada indicación, planificación y ejecución es esencial para minimizar riesgos y maximizar beneficios en situaciones de riesgo.

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Fuentes:
MedlinePlus, Cigna, MSD Manuals

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    Ricardo Ostos

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