El término encefalograma es una manera común de referirse al electroencefalograma o EEG; que es una prueba no invasiva enfocada en registrar la actividad eléctrica del cerebro mediante el uso de electrodos que se colocan sobre el cuero cabelludo.
Para qué es un encefalograma
¿El electroencefalograma para qué sirve? En el área de la neurología, el encefalograma es una herramienta esencial que cumple con diversos propósitos, por ejemplo, en el diagnóstico de diferentes padecimientos como la epilepsia o trastornos del sueño.
En pacientes que están en estado de coma, el encefalograma permite evaluar el nivel de actividad cerebral o la ausencia de esta, lo que se denomina muerte cerebral; conocer estos datos es crucial en la toma de decisiones médicas importantes.
En el caso de personas con problemas cognitivos o comportamentales, puede identificar anomalías en la función cerebral; y ayuda a la detección, en ocasiones, de ciertos tumores cerebrales y otras condiciones neurológicas como enfermedades neurodegenerativas, encefalitis y más.
¿Cómo funciona el encefalograma?
Para lograr el registro de la actividad eléctrica cerebral de una persona, el encefalograma requiere del uso de electrodos que se colocan en el cuero cabelludo, detectando así las señales eléctricas que se generan en las neuronas.
Los electrodos identifican las señales eléctricas y las registran en forma de ondas ya sea en papel o en una computadora; estas ondas son las que se analizan para llegar a un resultado.
Las ondas cerebrales se clasifican de diferente manera, en función a su amplitud y frecuencia y permiten categorizarlas para analizar el procesamiento de la información y las actividades de la persona.
De esta forma, los médicos analizan el patrón de las ondas cerebrales y pueden identificar si la actividad es normal o anormal.
Para qué sirve un electroencefalograma en adultos
Los datos de las ondas cerebrales del electroencefalograma que detecta permiten conocer la presencia de diferentes padecimientos o situaciones como:
- Epilepsia: sirve para el diagnóstico y manejo de epilepsia, identificando el tipo específico que ayude a diseñar un plan de tratamiento adecuado.
- Evaluación de pérdida de la conciencia: ayuda a determinar si la pérdida de conciencia o desmayo es a raíz de convulsiones.
- Investigación: detecta patrones de actividad cerebral que se pueden relacionar a condiciones como demencia o enfermedad de Alzheimer.
- Monitoreo de tratamiento: evalúa el nivel de eficacia en algunos tratamientos neurológicos.
- Detección de efectos secundarios: algunos medicamentos pueden generar efectos adversos en la actividad cerebral y el encefalograma ayuda a identificarlos.
Aunque en términos generales, el electroencefalograma en niños funciona igual, es importante buscar un neurólogo especializado en niños, debido a que los datos que proporcionan son diferentes en función a la etapa de vida en la que se encuentren.
Qué significa un electroencefalograma anormal
Se considera como un electroencefalograma normal a aquel que cuenta con ondas cerebrales típicas o esperadas para la edad del paciente y tomando en cuenta el estado de este, es decir, si ha dormido o si está en estado de vigilia, etc.
Mientras que un electroencefalograma anormal se toma como tal cuando los resultados muestran patrones de actividad eléctrica que no son típicos en un paciente de esa edad o en su condición, lo que significa que hay signos de disfunción cerebral.
Un ejemplo es un encefalograma en el que se presentan picos y las ondas agudas son indicativos de actividad epiléptica; las ondas lentas focalizadas pueden indicar una lesión, tumoración o un área específica del cerebro lastimada; ondas asimétricas en los dos hemisferios del cerebro se llegan a relacionar con condiciones neurológicas; la presencia o ausencia de patrones de sueño pueden relacionarse con trastornos del sueño.
Más allá de los resultados que ofrecen los electrodos, es importante que un especialista los interprete, en combinación con el contexto clínico del paciente antes de dar un diagnóstico.
Cómo se hace un electroencefalograma con privación de sueño
Una variante frecuentemente empleada es el electroencefalograma con privación de sueño, que se ha diseñado para aumentar la probabilidad de detectar actividad anormal en el cerebro, especialmente en los pacientes con sospecha de epilepsia. Para realizarlo requiere:
- Preparación: el paciente deberá dormir menos de lo habitual, un promedio de cuatro o cinco horas, aunque el tiempo puede variar.
- Registro del EEG: al momento de realizar el estudio, el paciente estará en un ambiente tranquilo, el registro se realiza tanto cuando el paciente está despierto como en el momento en que trata de dormirse.
- Monitoreo: cuando se priva al paciente del sueño, hay más posibilidades de provocar somnolencia intensa y esto facilita la aparición de patrones anormales en la actividad cerebral.
- Análisis: una vez finalizado el estudio, los neurólogos estudian los resultados para detectar patrones de actividad eléctrica anormales y, en caso de obtenerlos, llegar a un posible diagnóstico.
En resumen, el electroencefalograma con privación de sueño amplía la utilidad del estudio al aumentar la probabilidad de detectar el tipo de actividad anormal que presenta el paciente.
Qué es un electroencefalograma con mapeo cerebral
El electroencefalograma con mapeo cerebral, mapeo cerebral cuantitativo o QEEG, es una técnica avanzada de análisis del electroencefalograma convencional, gracias a que registra tanto la actividad eléctrica del cerebro, pero también procesa y analiza los datos para proporcionar una representación visual y cuantitativa de la actividad cerebral.
Los mapas topográficos del cerebro muestran la distribución de la actividad eléctrica en diferentes zonas y permiten conocer diversas características como la frecuencia, amplitud y coherencia.
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Fuentes:
Cigna, Scielo, Stanford Medicine
