La angiografía es una herramienta esencial en la medicina moderna y en el diagnóstico cardiovascular, al ayudar a llegar al diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades cardiovasculares y neurológicas; al permitir visualizar en tiempo real el interior de los vasos sanguíneos del cuerpo humano, detectando obstrucciones, malformaciones o hemorragias con una precisión que otras técnicas de imagen no proporcionan.
Angiografía qué es
Mediante la angiografía se visualizan las arterias, venas y capilares mediante un medio de contraste que se introduce en el sistema vascular.
A través de este contraste se visualizan en las radiografías o con otras técnicas de imagen como la fluoroscopia, a identificar las diferentes condiciones que pueden afectarles como los bloqueos, estrechamientos, aneurismas, malformaciones congénitas, hemorragias y otras anomalías del sistema circulatorio.
Existen diferentes tipos de angiografía en función al área del cuerpo que se desea examinar, dentro de las más comunes están:
- Angiografía coronaria: evalúa las arterias del corazón.
- Angiografía cerebral: estudia los vasos sanguíneos del cerebro.
- Angiografía periférica: analiza las arterias y venas de las extremidades.
- Angiografía pulmonar: examina los vasos sanguíneos de los pulmones.
También es posible utilizar la angiografía con fines terapéuticos, como es el caso de la angiografía coronaria en la cual se abre una arteria bloqueada durante el mismo procedimiento angiográfico.
Angiografía procedimiento
La angiografía es un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza generalmente en un área de radiología intervencionista, aunque es posible que la técnica varía en función del tipo o área a estudiar, el procedimiento básico incluye los siguientes pasos:
- Preparación previa: se le realiza un análisis de sangre y estudios clínicos.
- Anestesia local y sedación: generalmente se administra anestesia local en el sitio en el cual se introducirá el catéter que suele ser la arteria femoral en la ingle o la arteria radial en el brazo.
- Inserción del catéter: se inserta una aguja en el vaso sanguíneo y, mediante una guía, se introduce un catéter delgado y flexible que es llevado hasta la zona del cuerpo que se estudiará.
- Inyección del medio de contraste: cuando el catéter ya está en posición, se inyecta un medio de contraste yodado; el cual viaja por el sistema vascular y permite visualizar los vasos sanguíneos a través de rayos X en tiempo real.
- Toma de imágenes: a la par de la inyección del contraste, se toman imágenes continuas, fluoroscopia, para registrar el flujo del contraste en los vasos; estas imágenes son interpretadas por el radiólogo o cardiólogo.
Una vez concluido el estudio se retira el catéter y se aplica presión en el sitio de punción para evitar sangrados. El paciente suele permanecer en observación durante unas horas y suele poder regresar a casa el mismo día.
Aunque la angiografía es un procedimiento seguro, la realidad es que como en todo procedimiento hay riesgos de complicaciones como reacciones alérgicas al contraste, sangrado en el sitio de punción, hematomas o, en casos raros, daño vascular o infarto, esto último es muy difícil que suceda.
Angiotomografía
A la angiografía por tomografía computarizada también se le conoce como angiotomografía y es una técnica de imagen no invasiva que también permite visualizar los vasos sanguíneos pero que requiere de una tomografía computarizada en lugar del catéter guiado por fluoroscopia.
En la angiotomografía el medio de contraste se inyecta en una vena periférica del brazo y posteriormente se toman imágenes en cortes transversales mediante un escáner de tomografía computarizada.
Aunque ambas técnicas permiten evaluar el sistema vascular, existen diferencias importantes. La angiografía convencional tiene la posibilidad de realizar intervenciones terapéuticas al mismo tiempo que el estudio diagnóstico.
Mientras que la angiotomografía es un estudio no invasivo, sin la necesidad de introducir algún catéter.
El nivel de precisión en la angiografía convencional es más exacto y permite visualizar detalles finos del sistema vascular, especialmente en estudios coronarios o cerebrales; la angiotomografía aunque es también precisa, no puede detectar lesiones pequeñas.
Debido a esto y otras características, la angiotomografía es un procedimiento ideal para estudios iniciales o en pacientes que no son buenos candidatos para una angiografía invasiva. Mientras que la angiografía convencional se utiliza cuando se requiere alta presión o hay necesidad de realizar una intervención inmediata.
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Fuentes:
MedlinePlus, Cigna, The Texas Heart Institute
